Un investigador asegura que nuestra resistencia al calor está aumentando: "Es una respuesta biológica"

Miguel Ángel Navas ha explicado en 'La Tarde' cuáles son los factores que permiten al ser humano adaptarse mejor a las altas temperaturas y cómo se mide esto

Redacción La Tarde

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Hace un tiempo, 'tropical' era una palabra que sonaba a playa, palmeras, verano... A día de hoy sabemos que un clima tropical es uno en el que las noches no bajan de 20 grados, y en las que es muy difícil dormir. La tercera ola de calor del verano está remitiendo después de dejar por toda la península temperaturas realmente duras que han sobrepasado los 40 grados en muchas zonas de la península.

La temperatura media del planeta entero va en aumento. De momento está un grado y medio por encima de los niveles preindustriales y las olas de calor son cada vez más frecuentes, pero, curiosamente, la mortalidad por calor está disminuyendo. Parece que el ser humano está cada vez mejor adaptado al calor.

Miguel Ángel Navas, investigador de la unidad de referencia, en cambio, climático, salud y medio ambiente del instituto de salud Carlos III ha hablado en 'La Tarde' de la TMM, la temperatura de mínima mortalidad, que es la temperatura a la que se producen menos fallecidos a causa de la temperatura. “Si el ritmo de variación de esta TMM es mayor que el de la temperatura ambiental, podemos decir que se está produciendo una adaptación”, ha explicado el investigador.

Cómo se adapta nuestro cuerpo al calor

Aunque, por lo general, en España, en la mayoría de provincias se están adaptando mejor al calor, existen muchas diferencias entre provincias que no se han adaptado de la misma manera al calor: “Provincias como Sevilla, Córdoba o Coruña, por ejemplo, se están adaptando, pero otras como Valladolid o Cáceres”.

La adaptación humana al calor viene determinada por tres factores distintos. La primera es la fisiológica, que principalmente es la aclimatación “una respuesta biológica del ser humano”. Después está la adaptación cultural, con dos grupos; conductual (ducharse con agua fría, moverse de sitio, abrir la ventana...) y técnica (uso de aires acondicionados o ventiladores). Por otro lado, existe la aclimatación política, que tiene que ver con las decisiones gubernamentales referentes al tema.

La más curiosa es la adaptación fisiológica. Esta, según Navas, tiene dos claves principales. La primera ocurre durante los primeros años de vida “en función del entorno, el cuerpo se acostumbra a esa temperatura” pero, además, el cuerpo activa mecanismos de respuesta en los que el cuerpo se prepara para climas extremos en función, por ejemplo, del trabajo que realice.

En España siempre ha existido una cultura del calor, por lo que no es necesario muchas veces encontrar soluciones nuevas, sino tener en cuenta las soluciones del pasado que han funcionado siempre y que, en muchas ocasiones, quedan olvidadas.

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