Las claves del cerco de Numancia que pueden ser de utilidad en las guerras actuales

El general Antonio Ruiz Olmos, jefe de la división San Marcial de Burgos, explica en La Tarde cómo convertir la conquista de Celtiberia en aprendizaje

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el siglo II aC Roma inicio la conquista de Celtiberia, que tuvo dos protagonistas: el ejército romano, 35.000 hombres, y los celtíberos, reconocidos por su valentía y su rapidez en el combate. Dentro de las luchas entre romanos y los pobladores de la península, nos centramos en el cerco de Numancia, una referencia de la historiografía y que inspiró a Cervantes. Mandos de la división San Marcial de Burgos están estudiando en profundidad lo que ocurrió para su aplicación en el siglo XXI.

En La Tarde hablamos con el general Antonio Ruiz Olmos, jefe de la división San Marcial. “Los medios de combate han evolucionado sustancialmente, pero con esa evolución los procedimientos han cambiado. Sin embargo, el factor más importante en las operaciones militares es el 'factor humano' y de las guerras celtibéricas se puede aprender mucho” explica el general. Hay aspectos que están recogidos en en el reglamento de la división que incluyen “enseñanzas que no conviene olvidar, como el liderazgo, la importancia de la moral o el análisis de los conocimientos culturales, así como la sociedad y las circunstancias del adversario” detalla Ruiz Olmos.

En el caso de los arévacos, su capacidad de enfrentarse a un ejercito en apariencia superior, anticipándose en emboscada en un territorio que conocían eran fruto de un conocimiento que pusieron de manifiesto en esas pequeñas victorias. Y es que “ese tipo de combate contra columnas muy bien armadas de legiones romanas se parece a las guerrillas actuales” aclara el general Ruiz Olmos. “Aprovechaban que las legiones eran arrogantes y no tenian una formación muy dispuesta en orden de marcha y oponerse a unidades ligeras, porque llevaban mucha carga encima” concluye.