¿Merece la pena invertir en una casa aunque vayamos apurados a final de mes?

Resolvemos esta y otras cuestiones con Trías de Bes en su sección 'Economía de Bolsillo'

Redacción La Tarde

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El hecho de tener una vivienda en propiedad es un seguro de vida cuando llega la edad de jubilación. En España hay nueve millones de personas mayores de 65 años. De ellos, un 89% tienen una vivienda en propiedad y han puesto el 85% de sus ahorros en el ladrillo. Grandes cifras que ahora parecerían inpensables. Sin embargo, la calidad de vida es mucho mejor para aquel que tiene una propiedad que aquel que no la tiene.

Una hipótesis que apoya el economista y escritor, Fernando Trias de Bes, que ha contado en su sección 'Economía de Bolsillo' por qué se produce. Aquel que llega a la jubilación sin propiedades y quiere tener algo propio va a tener que invertir parte de su pensión en el arrendamiento. Del total que consiga de su cotización, gran parte de él se irá al pago del nuevo inmueble. Entre 25% y un 40/50%. Algo inasumible.

Vivienda

Además, reconoce que otros países se llega a una pensión mayor y con un abanico de ofertas más factible, algo que en España es más difícil.

En estos momentos, aquel que se jubila con propiedad, tiene pocos ahorros pero tiene la vivienda. Según el economista, una vivienda "es una forma de ahorro, pero materializado en ladrillos". Lo que los economistas denominan "activo". Algo que puedes vender, y conseguir todo líquido, alquilar, o incluso hacer una hipoteca inversa. Esto último es que vendes la vivienda pero "te quedas a vivir hasta que te mueras".

Vivienda

Uno de los puntos negativos de lo que sería elegir la opción inversa, como refleja el propio Trias de Bes, es que la descendencia no recibirán la vivienda, pero sí un ahorro.

Los jóvenes tienen otro punto de vista

En relación a los jóvenes, la visión es absolutamente distinta. Los bajos sueldos y los pisos muy caros, dificultan el poder entrar a una vivienda en propiedad, Pero no es algo que parezca importar a los 'millennials'. De hecho, los cambios generacionales han creado lo que el sociólogo Zygmunt Bauman ha acuñado como 'modernidad líquida'. Esto es no quieren atarse a nada. En estos momentos nadie piensa en un trabajo que dure más de diez años. Quieren movilidad, más libertad. Algo que contrapone lo que podrían pensar anteriores generaciones.

Por un lado la difícultad económica a la entrada de la vivienda y por otro, el esquema de valores basado en la flexibilidad, en el hoy quiero una cosa y mañana otra, ha hecho que España ya no esté entre los diez primeros países de la UE con más vivienda en propiedad. Este año se publicó la bajada de cinco puntos en el porcentaje de propietarios de vivienda en España en esta década, pasando de 79,8% en 2010 al 75,1% en 2020, según datos de Eurostat.

Sin embargo, para el economista recuerda que en un momento aquellos jóvenes se harán mayores y podrían llegar a la vejez sin tener una propiedad que les podría ayudar a tener una vida mejor. Teniendo en cuenta que es una decisión que se debe de pensar, planificar y tomar con tiempo, teniendo en cuenta que se puede llegar a tardar entre 20 y 30 años para llegar a tener un inmueble en propiedad.

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