En 'La Tarde'

¿Quieres que la cara de tu hijo esté en internet?

En 'La Tarde' hemos hablado con Pablo Burgueño, abogado especialista en Derecho en internet, del peligro que conlleva subir fotos de menores de edad a la red sin pixelar. 

Borja Martínez

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Una madre graba a su hija en la obra de teatro que interpretan los niños a final de año. Los niños disfrutan sobre el escenario jugando a ser artistas. Después de grabarlo, decide subir el vídeo a Facebook para compartir ese momento de su pequeño con sus seres queridos. Un gesto aparentemente inofensivo, pero que tiene consecuencias. En seguida, empieza a recibir mensajes de indignación. Comentarios de padres que protestan porque haya subido un vídeo en el que aparece la imagen de su hijo se agolpan en el tablón de comentarios del contenido. Algunos de ellos incluso llegan a amenzarla judicialmente. Afortunadamente, hablando consigue templar los ánimos y la situación no llega a más. Pero hay países como Italia en el que este comportamiento está penado. Allí, una madre tuvo que pagar ni más ni menos que 10.000 euros a su propio hijo por subir fotos de él a las redes sociales. El niño, cansado de esta actitud de su madre, denunció ante la justicia.

"El error es de los mayores por publicar imágenes sin pixelar de menores de edad"

Una práctica que cada vez es más habitual en nuestro país. Las denuncias de casos de este estilo se acumulan en empresas como Escila, dedicada a la protección de datos. Hemos hablado con Pablo Burgueño, su fundador: "El error es de los mayores al publicar imágenes sin pixelar de menores de edad". El problema de este hábito es que al subir todas nuestras fotos a la red, estamos concediendo el derecho a esta red social de que analicen las fotos para insertarnos publicidad en relación a lo que subimos. Tenemos que poner toda nuestra atención en todo lo que subimos. Este no es el único mal hábito que hemos cogido.

ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Pablo Burgueño en 'La Tarde'

Hay que tener cuidado al subir fotos de interiores, en lugares cerrados como los bares o museos. Lo primero que hay que hacer es "pedir permiso" a su dueño, práctica que nunca hacemos. Como explica Pablo esta situación es más peligrosa de lo habitual: "Nos pueden demandar y pedirnos dinero". Tenemos que poner todos nuestros sentidos en lo que hacemos y subimos, y avisar a la gente de nuestro alrededor si no queremos estar involucrados en un buen lío judicial. 

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