Una mujer de Madrid alucina con la propuesta de una vecina de su urbanización: "¿Se puede ser más absurda?"

Esta oyente de 'La Tarde' contó la particular propuesta que hizo una de las vecinas de la urbanización tras la prohibición de no tender ropa en el exterior

Redacción La Tarde

Publicado el - Actualizado

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La convivencia suele ser complicada, pero todavía más en una comunidad de vecinos. En las urbanizaciones de chalets, los habitantes suelen contar con una mayor privacidad y están más aislados los unos de los otros. No obstante, en los bloques de piso suele ser más complicado, dado que la gente vive pared con pared y las puertas están más cerca las unas de las otras. Además de existir las zonas comunes, ya sea el rellano o las azoteas. Es por esto por lo que el día a día con los vecinos puede ser más difícil y se pueden generar más conflictos.

España es un patio de vecinos. Los arquetipos que se generan alrededor de una escalera en un mismo edifico nos llevan acompañando desde hace años, con sus respectivas representaciones teatrales y hasta la llegada de este tipo de relaciones al cine o la televisión. Precisamente, sobre este tema hablaron hace semanas en 'La Tarde' a los oyentes del programa. Fue así como llamó la atención a los codirectores del espacio, Pilar Cisneros y Fernando de Haro, y Rosa Rosado, el relato de uno de ellos.

Una mujer de Madrid alucina con la propuesta de una de las vecinas de su urbanización

La mujer contó que ella y su familia tenían una casa en una urbanización madrileña. Allí, al parecer, estaba prohibido tender la ropa en el exterior y estaban obligados a hacerlo en la zona interior del domicilio. Para poner solución a esto, una de las vecinas de la comunidad hizo una propuesta que esta oyente no puede aún olvidar: "Era que tendiésemos, pero que nos pusiésemos de acuerdo con los colores", relató la mujer. Seguidamente, agregó: "Lavadoras de blanco o lavadoras de color. ¿Se puede ser más absurda?", agregó la oyente.

Una mujer de Madrid alucina con la propuesta de una vecina de su urbanización: ¿Se puede ser más absurda?

No fue, sin embargo, la única historia que pudimos conocer. Si bien es cierto que las juntas de vecinos pueden ser todo un quebradero de cabeza, también lo son para los presidentes de las comunidades. Y justo en el programa pudimos tener a una de ellas: "Aquí la presidenta de nuestra comunidad", dijo esta segunda oyente. "Presido un edificio que es más grande que algunos pueblos de Madrid. Somos 300 vecinos ahí metidos en una torre en vertical. Ya va para cinco años. Cogí la presidencia sin un euro y ya tenemos por 27.000", contó esta mujer. Seguidamente, y entre bromas, agregó: "A mí me llaman alcaldesa". Una premisa que hizo que el equipo del programa rompiera a reír.

Esta es otra historia que nada tiene que ver con vecinos, pero sí con oyentes y con situaciones de lo más curiosas. En esta ocasión, los oyentes hablaron de indecisión y de cuántas veces tuvieron que pensar una cosa para finalmente llevarla a cabo y esta historia en particular llamó la atención del equipo. Se trata de un hombre que contó exactamente lo que hacía cada vez que iba a un restaurante italiano. Una manía (o particularidad), que a juicio de Fernando de Haro "es vicio". Puedes seguir leyendo la noticia pinchando aquí.

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