El meteorólogo Olcina explica la razón real de por qué a veces fallan las previsiones meteorológicas incluso en la actualidad
La precisión y el acierto en las previsiones es muy alto, pero aun así, hay factores que pueden descuadrar los datos
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Una de las acciones que llevamos a cabo prácticamente todos los días es la de mirar la predicción del tiempo, ya que aunque sepamos que la estación en la que estamos es de predominio del frío o del calor, si que resulta de utilidad esta herramienta para tener en cuenta factores como un día de temperaturas extremas, si va a estar nublado o va a hacer sol, y, lo que más se valora, si va a llover (o nevar o granizar, en función de las condiciones y temperatura).
Además, conforme la tecnología avanza, hemos podido avanzar tanto en cuanto a la antelación con la que se pueden hacer buenas previsiones, como en la cantidad de información que conocemos acerca de esta. Y es que datos como la calidad del aire, el índice de radiación solar, presión, humedad o incluso datos sobre la luna; son otras informaciones que podemos encontrar fácilmente en la herramienta de predicción meteorológica de nuestro teléfono inteligente.
Lo que hay detrás
Jorge Olcina, director del laboratorio del clima en la Universidad de Alicante, ha explicado en La Tarde de COPE, cuáles han sido los avances en la predicción meteorológica de estos últimos años en comparación con hace un siglo, además de contar todo lo que finalmente nos da una predicción tan fiable y con tanta antelación. “Hace 100 años, el comportamiento de una borrasca resultaba llamativo y desconocido, pero con la tecnología y las fórmulas matemáticas con las que se estudia el comportamiento de la atmósfera actualmente, conocemos una borrasca perfectamente”.
Fue en los años 90 cuando el avance de las herramientas de predicción meteorológica dio un gran avance, algo que también se debe a avances de carácter informático y la visión satelital de la Tierra con esta finalidad meteorológica. Además, el gran aumento de estaciones meteorológicas y su constante aporte de datos, hace que cada vez las estadísticas sean más afinadas. “Se tiene en cuenta datos de viento, de mar (mareas), de nubosidad, humedad... e incluso se conoce si una nube tiene agua cristalizada, líquida o en otro estado que ayuda a determinar que tipo de precipitación va a haber”, dice Olcina.
Estas predicciones, aunque siempre tiene un margen de error, el experto afirma que “podemos tener una probabilidad de acierto de un 98% con una predicción a tres días, aunque hay que recordar que la atmósfera tiene un sistema de funcionamiento caótico, lo que hace imposible que no haya una variable como el cambio del viento, la presión...”. En los años 70, la exactidud era de la mitad, ya que “una de las principales diferencias con las que contamos ahora respecto a hace 50 años, son los supercomputadores, puesto que la cantidad de datos a procesar para obtener la previsión que tenemos hoy en día, requiere de estas herramientas”, corrobora Olcina.
Un servicio público
Y es que la predicción del tiempo es un servicio que, aunque tiene un coste asociado muy alto, este se sufraga de manera pública, y por lo tanto, es de carácter gratuito para todo el que lo quiera consultar. En España tenemos la AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología, que es la encargada de administrar los datos en territorio nacional y suministrar la predicción del tiempo, algo que, como en el resto de países, es un servicio público.
En otros países como Estados Unidos, donde los servicios públicos son menores que en España, como es el caso de la sanidad, el servicio nacional de meteorología, en cambio, sí que es público, al igual que otros servicios como los cuerpos y fuerzas de seguridad, el ejército o los bomberos. Pero esto podría cambiar el año que viene, puesto que el electo presidente de Estados Unidos, ha manifestado su intención de privatizarlo, lo que supondría un coste para cada usuario.
David Alandete, corresponsal de COPE en Estados Unidos, ha dicho que fue el futuro miembro del gobierno, Elon Musk, uno de los que afirmó que se debería hacer negocio con la previsión del tiempo, y que los países y compañías que quieran consultar este servicio público, abonen un precio. Aun así, Alandete destaca que es muy difícil que esto se lleve a cabo, y, de hacerlo, se tardaría más de 4 años que dura la legislatura. Además, Olcina ha querido citar que esto no es solo importante para saber si debemos coger un paraguas al salir de casa, “sino para sectores como la aviación, para los que la previsión meteorológica es fundamental”.