Fernando de Haro: "No nos están pidiendo que vayamos a la guerra en Siria, solo que estemos quietos"

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El presentador de ‘La Tarde’, Fernando de Haro, ha hecho referencia a la declaración del estado de alarma que ha decretado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ha analizado la necesidad de quedarnos en casa para atacar a esta crisis del coronavirus.

Tenemos oficialmente unos 4.000 infectados y todos sabemos que son más. Expansión con un 40 por ciento. En Madrid se cierran todos los restaurantes y los bares. La extensión del coronavirus va a continuar durante los próximos días y durante las próximas semanas. El objetivo a estas alturas no es frenar completamente la expansión sino, en la medida de lo posible, frenar la velocidad de la expansión para que aquellas personas que van a requerir atención hospitalaria puedan recibir esa atención hospitalaria.

Fernando de Haro, sobre el confinamiento

La inmensa mayoría de los que son positivos del COVID-19 no requieren tratamiento hospitalario, pero algunos sí y lo que es necesario es que los que necesiten una cama la tenga. Para lograr que las camas disponibles estén por encima de las camas que necesitamos es necesario que aquellas poblaciones donde hay un número alto de positivos estén confinadas.

Desde ayer por la noche hay cuatro localidades barcelonesas de Igualada, Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y Òdena en las que los vecinos no pueden salir de sus casas. Así lo anunciaba el alcalde Igualada, Marc Castells.

Euskadi ha pedido el estado de emergencia de la alerta sanitaria y aplica por vez primera una ley que puede derivar incluso en confinamiento.  Todos sabemos que, aunque se utilizara toda la policía de España, no se podrían conseguir ese confinamiento, esas cuarentenas. Es una cuestión de responsabilidad personal. Hay médicos que se están portado como auténticos héroes. Hay familias que están inventando la pólvora, hay empresarios y trabajadores dando lo mejor de sí mismo. 

Todos podemos sacar lo mejor de nosotros mismos. No nos están pidiendo que nos vayamos a la guerra de Siria para traernos a cuesta a un refugiado, no nos han pedido que saquemos nuestras barcas para recoger a nuestros soldados en Dunquerke.  Solo se nos pide que seamos capaces de estar quietos y a solas en nuestra casa, en nuestra habitación. Hay libros, hay internet, hay una vida por descubrir. Hay gente que se pasa la vida entre cuatro paredes. 

Si los médicos están entregándose hasta el final, nosotros podemos estar quietos en casa, es un heroísmo pequeño que se nos pide. No son las leyes las que nos van a salvar, es el protagonismo de cada uno en este momento.

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