Fernando de Haro: "El Gobierno no legisla, no regula, quien regula es el Congreso"

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'Luis Miguel, la serie' es una producción de televisión biográfica iniciada en 2018, basada en la vida del cantante Luis Miguel. En el capítulo seis de la segunda temporada de 'Luis Miguel, la serie', dos personajes se encuentran hablando y uno dice mi arma, o sea mi alma. Con acento andaluz, sevillano por más precisión. La traducción que aparece debajo en inglés es mi arma, o sea mi pistola, mi cañón. Tenía que haber traducido 'my soul', mi alma. Es lo que sucede cuando no se cuenta con un traductor que conozca las expresiones del sur de España y se delega en la inteligencia artificial que no tiene de momento inteligencia emocional suficiente para distinguir en un diálogo entre una invocación cariñosa del alma de la persona con la que se habla y un arma. Las máquinas no tienen de momento mucha inteligencia emocional, pero nosotros podemos acabar perdiéndola a base de no usarla para lo que sirve, para comprender mejor.

Los paró la policía en los días más duros de la pandemia. Los agentes les dijeron que aparcaran el coche y les pidieron el justificante para salir de casa o para salir de la Comunidad Autónoma. No tenían justificante y les cascaron una multa. Estábamos bajo el primer estado de alarma. Un estado de alarma que el Tribunal Constitucional a finales del pasado mes de julio declaro inconstitucional. El Gobierno, recién remozado, en julio sacó toda su artillería pesada para criticar aquella sentencia del Tribunal Constitucional, pero después de muchas críticas, como no podía ser de otro modo, ya está devolviendo el dinero de aquellas multas. Y ahora puede volver a suceder lo mismo, el Tribunal Constitucional estudia desde el martes declarar inconstitucional el segundo estado de alarma y los jueces del Constitucional se inclinan de forma mayoritaria por esa declaración de inconstitucionalidad con lo que habrá que devolver también muchas multas, más de 40.000.

Hace un año, en octubre del año pasado, el virus nos seguía azotando con fuerza. Sánchez no había hecho los deberes, no había promulgado la legislación sanitaria que hubiera permitido a las CAS tomar las medidas necesarias para limitar nuestros derechos. Pero habría sufrido mucho políticamente para conseguir que el Congreso le aprobara cada quince días la prorroga del estado de alarma. Y se inventó una solución mágica: un estado de alarma de seis meses desde noviembre hasta el mes de mayo. De esa manera no tendría que someterse al control del Congreso. El Gobierno aprobó el decreto y cuando había que convalidarlo, Sánchez ni siquiera se personó para defender ante nuestros representantes una limitación de derechos bastante profunda. Mandó a Salvador Illa. ¿Te acuerdas de Salvador Illa?

Había que hacer un esfuerzo. Nadie lo negaba, pero una cosa es hacer un esfuerzo y otra es tirar por la borda el sistema democrático, que entre otras cosas se basa en que el Congreso controle al Gobierno. Tenía razón Sánchez cuando estaba en la oposición y criticaba que Rajoy rebaja la calidad de la democracia por no someterse al control del Congreso los diez meses que estuvo en funciones.

Tanta razón tenía entonces Sánchez como tuvo hace un año el PP y Vox al criticarle que un estado de alarma de seis meses sin aprobación por el Congreso era devaluar la democracia. Por eso el Constitucional le va a tumbar al Gobierno de Sánchez y a los partidos que votaron a favor de ese segundo estado de alarma. PSOE y Unidas Podemos, los 13 de ERC, 10 de Ciudadanos, seis del PNV, tres de Más País y Compromís, PDeCat y los de PRC (1), BNG (1) y Teruel Existe. La razón esta vez es diferente, en la primera ocasión el argumento fue que hacía falta un estado de excepción, que la cobertura jurídica no era suficiente, en este caso que no se puede Gobernar sin control parlamentario.

Esta es una cuestión decisiva, es una cuestión de primero de democracia. En una democracia no legisla, no ordena nuestra vida, no limita nuestros derechos en situaciones excepcionales el Gobierno. El Gobierno no legisla, no regula, quien regula es el Congreso con su juego de mayorías. La legislación por decreto, de la que ha abusa permanentemente este Gobierno, es una excepción que se inventó tras la II Guerra Mundial para circunstancias especiales. En la primera campaña electoral que hizo Felipe González, el lema de los socialistas era: por el cambio. Cuando le preguntaron a Felipe González qué significaba el cambio. Dijo que el cambio era que España funcionara.

Ahora es lo mismo, necesitamos que España funcione, que haya creación de empleo, que haya buena enseñanza, que haya suficientes pisos en oferta para que el alquiler sea barato. Pero que España funcione es que haya una democracia de calidad. Democracia de calidad es que el Gobierno esté controlado por el Congreso, que los jueces sean independientes, que los que gobiernan a los jueces sean independientes. Y que no respondan a cuotas de los partidos.