Fernando de Haro: "Los economistas se han hartado de decir que lo que hay que mirar es el esfuerzo fiscal"

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Últimamente se multiplican los predicadores laicos que recomiendan austeridad, vivir con menos. Uno de esos predicadores es Kyle Chayka que acaba de publicar un libro en España

Chayka dice, y es verdad que en este momento, gracias a la tecnología digital podemos comprar cualquier cosa en cualquier sitio. Y como, al menos los occidentales solemos comprar caprichos, hay que comprar menos y mejor. No está mal como consejo. Lo que si está mal es el título del libro de Chayka, se titula Desear Menos. Podemos comprar menos pero no desear menos, aunque hubieramos comprado el universo entero seguriamos desenado.

La vicepresidenta Yolanda Díaz ha llegado a un acuerdo consigo misma y ha defendido habitualmente los acuerdos en agentes sociales y hace bien. Es esencial que empresarios y trabajadores estemos en el mismo barco para salir de la crisis. Pero para subir el salario mínimo a 1.000 euros se ha puesto de acuerdo solo consigo misma, o sea con los sindicatos, que son uña y carne con ella.

Los que no se han puesto de acuerdo son los socios de Gobierno en cuánto hay que subir los impuestos. Belarra, ministra de Podemos, que no es ministra de Hacienda, pidió ayer una subida de impuestos de 30.000 millones. La ministra Montero que es ministra de Hacienda le ha dicho que eso es inoportuno. Belarra se ha puesto respondona.

A comienzo de año el Gobierno ha subido varios impuestos: el de sociedades, el del IRPF (no ha actualizado los tipos de cada tramo a pesar de la inflación), el de matriculazación o el de autónomos. Pero el Gobierno preprara desde hace meses una reforma fiscal, como la laboral, exigida por Bruselas. Hace meses, se formó una comisión de expertos que antes de que acabe el mes van a hacer sus propuestas. Dos de esos expertos han dimitido porque parece que la comisión va a recomendar lo que el Gobierno quiere que recomiende: crear nuevos impuestos, subir más el impuesto de sociedades y el de sucesiones y de patrimonio, estos dos últimos están en realidad cedidos a las autonomías.

El Gobierno argumenta para subir impuestos que la presión fiscal en España es menor que la de la media de Europa. Con los datos en la mano es difícil sostener el argumento del Gobierno. Ya en 2020 la presión fiscal de España, si se computa la economía sumergida, era similar a la media europea. Pero hay más, los economistas se han hartado de decir que lo que hay que mirar no es la presión fiscal sino el esfuerzo fiscal, es decir cuántos impuestos pagamos en función de lo que ganamos. Y ya hacemos tú y yo más esfuerzo fiscal que los alemanes, los suecos, los daneses, a los británicos, los japoneses y norteamericanos.