Fernando de Haro: “Los niños no son de los padres pero el Código Penal sí es de Esquerra”
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Como son las cuatro de la tarde voy a hacer una confesión: Yo, hombre, hombre con masculino genérico, y hombre como varón, he visto 'Mujercitas'. He visto la película. No me ha entusiasmado, pero me parece que la película se deja ver, que los dramas que viven sus personajes son interesantes, no me ha interesado especialmente el vestuario, pero sí la ambientación y los paisaejes. Sasa Rounan hace un papelon como la segunda hija March ¿Puedo decir lo que me ha parecido Mujercitas o Mujercitas es una película de mujeres para mujeres de la que solo pueden hablar las mujeres? Parecen preguntas tontas pero desde que Mujercitas no ha conseguido la nominación para mejor direccón se ha desatado una polémica sobre si Mujercitas es una película de mujeres, para mujeres, que no está siendo bien tratada.
He visto mujercitas y he desayuno esta mañana con un buen amigo que me ha leío un pasaje del libro de Daniel Gasco: 'El golpe postmoderno'. El pasaje que me ha leído mi amigo dice así: “El discurso indentario niega lo que tenemos en común: la idea de que nuestras experiencias son comunicables, que podemos entender la alegria o el dolor de los demás”.
Cuando me lo ha leído he dicho, caspita, esta es la clave del debate que estamos tendiendo en España en las últimas horas. El Gobierno de Sánchez ha anunciado que quiere hacer un Código Penal para los independentistas, porque la experiencia de los independentistas es incomunicable. La reforma del delito de secesión posiblemente es lo que ha pactado con ERC, porque ERC necesita un Código Penal a la medida de su identidad independentista.
En el caso del Codigo Penal el Gobierno hace una política para unos pocos. Y, curiosamente, en el caso del pin parental, el Gobierno dispara toda su artilleria dialéctica a lo que ellos llaman la ultraderecha quieren tener una educación identitaria. Los niños no son de los padres, pero el Código Penal si es de Esquerra.
Según la materia en juego, el Gobierno es universalista o particularista, identitario. El pin parental es efectivamente un fracaso porque supone, si realmente fuera necesario recurrir a él, que nuestras experiencias no son comunicables, que no nos ponemos de acuerdo en un contenido educativo que para todos. El pin siempre sería el último recurso después de un gran fracaso de comunicabilidad, lleva razón el Gobierno no al reclamar la propiedad de los hijos sino al mantener una cierta aspiración a lo universal, a lo común a todos. Siempre que eso universal no sea la ideología de algunos. Pero la universalidad que reclama para la educación la tiene que aceptar para el Código Penal. Hoy se ha ido Carmen Calvo a la Ser para justificar la anunciada reforma del delito de sedición en la sentencia del Supremo.
Va a resultar que la reforma del delito de sedición es cosa de Marchena. Y este es el Gobierno que quería desjudicializar el conflicto catalán. Cuando llega el momento y el Gobierno tiene que justificar un CP para el independentismo recurre a los jueces.