Fernando de Haro: "El ministerio de Igualdad se ha convertido en una fábrica de bodrios jurídicos"
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Después de lo sucedido en la manifestación del 8 de marzo del año pasado hubiera sido lógico reconocer que lo mejor este año es no manifestarse. Pero algunos grupos feministas han insistido en reclamar que se les dejara organizar manifestaciones. Irene Montero, sin ir más lejos, en contra del criterio de su Gobierno ha vuelto a hablar de una campaña de “criminalización” contra el movimiento feminista porque no se hayan autorizado las manifestaciones.
Es evidente que la prohibición se hace por motivos de salud, pero la ministra y algunos grupos necesitan alimentar la retórica del agravio comparativo, parece que sin agravio no hay manera de hacer política o de construir movimientos sociales. Somos un país de agraviados. Con buen criterio, la delegación del Gobierno, el TSJM y el Constitucional han mantenido la prohibición de las manifestaciones en Madrid. Lo lógico hubiera sido prohibirlas en toda España. El virus no entiende de provincias.
Fernando de Haro: "El ministerio de Montero ha sido noticia por emplear como niñera a un alto cargo"
Sea porque Sánchez quería una foto, o porque quería quitar cualquier protagonismo a Montero, y esta mañana se ha ido a su ministerio. Y ha recurrido a la vieja fórmula para desimular la división de su Gobierno, la división interna: atacar al contrario.
Ahora va a ser que los problemas que tiene el Gobierno de Sánchez y Podemos, su división, su incapacidad para sacar adelante una regulación minimamente sería del consenso sexual o la división que genera la ley trans en la izquierda es culpa de Vox. El problema es otro, el problema es que Sánchez que quiere ser abanderado del feminismo, por exigencias e Iglesias, le entregó el Ministerio de Igualdad a Podemos.
Y desde que se creó el ministerio para Montero, ese ministerio ha sido noticia por emplear como niñera a un alto cargo, ha sido noticia por un proyecto llamado del sí es sí sobre el consentimiento sexual que invierte la carga de la prueba, que se resume que en el consentimiento sexual todos somos culpables, lo que supone una aberración jurídica, ha sido noticia por un proyecto de ley trans que reltiviza a las mujeres que ha sido criticado por las feministas del PSOE y desde hace una horas por muchas feministas de Podemos y de Izquierda Unida.
Ese es el problema, que el ministerio de Igualdad se ha convertido en una fábrica de bodrios jurídicos, saturados de ideología que se hacen intolerables para la gente sensata de izquierda. Sánchez ha hecho un llamamiento a favor de la unidad.
Unidad es lo que no hay en su Gobierno. Debería. ¿Y unidad o uniformidad tiene que haber en el movimiento feminista o en el movimiento que lucha por la igualdad de la mujer? Ahora no lo hay. Pero es lo lógico. De hecho, sería sospechoso que para luchar por la igualdad de la mujer fuera obligatorio tener determinada ideología.