Fernando de Haro: "Sánchez sigue encantando en su papel de Robin Hood"

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En Madrid se reúnen un grupo de mujeres de más de 50 años con una particular forma de pasar el tiempo libre juntas.Quizás no has oido hablar hasta ahora, como yo, de los bebes reborn. Son muñecos hiperrealistas de silicona o de vilino que imitan a los bebés. Estas señoras de las que te hablo se reunen de vez en cuando a pasear sus bebes de silicona porque dicen que revidican el derecho femenino a jugar en todas las fases de la vida. Que se anden con cuidado porque han asumido un rol de genero basado en un modelo heteropatriarcal que le da demasiado peso a la identidad biológica sexual.

Recién llegado de su estancia en Nueva York con motivo de la Asamblea de las Naciones Unidas, Sánchez sigue encantando en su papel de Robin Hood, le ha cogido el gusto.

Y dale con los ricos. Habrá impuesto para las grandes fortunas, no se sabe que es una gran fortuna ni en que consiste el impuesto.

Lo importante es que paguen los ricos. Todo improvisado para la larga precampaña electoral. La improvisación en impuestos genera inseguridad jurídica y espanta a los inversores. En Francia ya hubo un impuesto a las grandes fortunas pero Macron lo quitó para que no hubiera huida de capitales. Durante esta semana el Gobierno ha estado argumentando que las CAS no pueden bajar impuestos porque eso pone en peligro el Estado del Bienestar. El impuesto a las grandes fortunas sustituiría al impuesto del patrimonio. ¿Es necesario un impuesto a las grandes fortunas para mantener el estado del bienestar? En toda esta polémica alentada por el Gobierno hay un punto cierto: no hay una mentira que sea 100 por 100 falsa. En España tenemos un serio problema de desigualdad.

De hecho somos uno de los países con más desigualdad de Europa. Y eso hay que solucionarlo. Pero la solución no es un impuesto de patrimonio o un impuesto a los ricos. Primero porque con estos impuestos no se recauda mucho dinero. Segundo porque los más pobres necesitan dinero sí, pero sobre todo un sistema de ayudas que permita que ese dinero les llegue. El ejemplo lo tenemos en el Ingreso Mínimo Vital, el año pasado se quedaron casi 1.000 millones sin repartir por falta de agilidad administrativa.

1.000 millones es más o menos lo que se recauda con el Impuesto de Patrimonio. Y tercero, y esto quizás sea lo más importante porque los que saben de esto explican que un Estado del Bienestar clasico no sirve para reducir tanto como sea necesario la desigualdad. El Estado del Bienestar se creó para que con el dinero de todos se pudieran no solo hacer carreteras sino construir hospitales, tener buenos servicios sociales, universalizar la educación y algunas cosas más. Y eso es imprescindible, los que más tienen tienen que pagar más. El problema es que el Estado del Bienestar clasico reparte el dinero sin conseguir por eso combatir la desigualdad de raiz. Una persona pobre, afortunadamente, puede ir al mejor hospital de España y eso es un gran avance.

Puede cobrar el paro o un subisidio pero eso no le saca de pobre. La desigualdad se soluciona antes de que esa persona vaya al médico o esté en el paro. Si una persona no tiene una buena educación, y la educación pública en España no es buena, si no está bien socializada, si no sabe comer bien, si no tiene una red de relaciones adecuada, no sale de pobre.