Deseo de vivir. Así rendía homenaje el Comandante Sánchez a los cuatro niños que han sobrevivido durante 40 años en la selva. Ahora están ingresados en el Hospital Militar, en Bogotá. Los niños no corren peligro y siguen un tratamiento que incluye dieta blanda, atención psicológica. Su madre, después del accidente, sobrevivió cuatro días y antes de morir les dijo que se alejaran y que buscaran a su padre. Los engendró dos veces. La última a punto de morir. Cuando tuvimos las primeras noticias de que los niños habrían sobrevivido, comenté que nos apasiona la vida.
A su madre le apasionaba la vida de sus hijos. Ahora al padre de las criaturas le piden dinero y, por lo visto, también recibe amenazas. Nada puede oscurecer el milagro que se ha producido. Había infinitas probabilidades de que los niños no hubieran sobrevivido, eran infinitamente improbable que siguieran vivos. Y ahí están después de 40 días en la selva. Nosotros no estamos en la selva, pero también es infinitamente improbable que hubiéramos nacido, que hubiera un planeta en el universo en el que se dieran las condiciones para que estemos vivos.
Sabemos muy poco de nuestros vecinos. De Portugal no sabemos nada y de Italia creemos saber algo, pero en realidad no es verdad. Ha muerto Berlusconi y todos sabemos que fue un empresario y político italiano con costumbres muy poco recomendables, siempre con problemas en los tribunales por la corrupción. La primera ministra italiana se ha despedido de él hoy con muchos elogios.
En realidad, el partido de Berlusconi se había convertido ya en un apéndice de Fratelli de Italia. Berlusconi era un empresario y un político con costumbres poco recomendables, pero es también el hombre que le da la puntilla al sistema de partidos que Italia había construido en la postguerra y que habían hecho del país una democracia. Hasta los años 90, Italia era un país con una democracia cristiana muy fuerte, un partido socialista menos fuerte, un partido liberal y un pequeño partido comunista.
Todo eso saltó por los aires por casos de corrupción que fueron investigados por jueces estrella sin garantizar las mínimas condiciones de seguridad. Los partidos anteriores a Berlusconi eran partidos clientelistas, alejados de la gente, ya sabemos lo que supone la partitocracia. Pero con Berlusconi, en la izquierda y en la derecha, llegó el personalismo absoluto: a partir de ese momento la derecha era una persona, dos personas, tres personas, los partidos se construían y se deshacían, todavía se deshacen para hacer política personalista.
Nosotros, afortunadamente, no estamos como Italia, pero ojo que estamos amenazados. Hoy mismo, en estos micrófonos, el expresidente Zapatero, se ha atribuido él personalmente haber acabado con ETA. Siempre Zapatero estuvo encantando de conocerse, como Sánchez.