De Haro, ante la tragedia de Melilla: "Mamadu va a ser enterrado en una fosa sin que nadie rece por él"
- 2 MIN
"Buenas tardes, a la gente gente:
Mamadu se llamaba como se llamaban muchos chicos en Senegal. Salió de su pueblo hace dos años, quizás tres. Desde hacía semanas vivía en el Guruguru, con poco o nada para comer. La semana pasada los gendarmes marroquíes lo echaron del Guruguru y decidió, como muchos otros, saltar la valla de Melilla.
Acabó acorralado en la valla y le pasaron por encima decenas de personas. Mamadu quedó tendido en el suelo, en un amasijo de cuerpos. Algunos gritaban, otros ya estaban en silencio para siempre.
A Mamadu se le fue la vida lentamente. Y ahora Mamadu va a estar enterrado en una fosa sin nombre, sin que nadie haya dicho su nombre, sin que nadie haya rezado por él. Lo podemos hacer nosotros: Mamadu.
Hace unos días hablamos aquí en la tarde con Ame Guerrero. Ame tuvo una infancia difícil, sufrió bullying y acoso. Pensó, como muchos adolescentes, que la solución era cambiarse de sexo y ser chico.
Ame pensó que todo iba a solucionarse así. Ame se fue a un psicólogo con el que no habló de su cambio de sexo sino de todos sus problemas. Ame maduró su decisión y eché marcha atrás.
Hoy el Gobierno ha aprobado el proyecto de Ley Trans que llevará al Congreso. El texto autoriza el cambio de sexo a los 12 años y partir de los 16 se podrá realizar sin aurización paterna. El cambio de sexo se podrá llevar a cabo sin informe médico y sin testigos durante la solicitud. La norma, en principio, saldrá adelante con el rechazo de las feministas y del Gobierno de los jueces. El CGPJ, en su dictamen, señaló que que en el proyecto hay una contradicción entre los derechos de la infancia y los derechos al libre desarrollo de la personalidad. Hasta ahora Sánchez, siguiendo los criterios de las feministas, había parado su aprobación. Pero desde la debacle de las elecciones en Andalucía lo ha acelerado. Muchos jóvenes y niños no tendrán la oportunidad que ha tenido Ame. La disforia, la no identificación con el sexo con el que se ha nacido, en circunstancias normales entre las mujeres es de tres personas cada 100.000".