De Haro: "En España ya tenemos experiencias muy negativas con la politización de las empresas públicas"

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Renfe es una compañía que nos suena, todos cogemos el tren antes o después. Aena, la gestora de los aeropuertos. También, todos cogemos un avión alguna vez. Renfe y Aena son empresas públicas que ahora tienen un presidente muy cercano al PSC. Al frente de Renfe hay un señor que se llama Isaias Táboas, hombre de Iceta, y al frente de Aena está Maurici Lucena, un hombre también del PSC, de Salvador Illa. Renfe y Aena siguen siendo empresas públicas y Sánchez, que ahora está muy cerca del PSC, ha premiado a sus hombres con la dirección de esas compañías.

Indra, también es una empresa con una importante participación pública, un 18 por ciento, que seguro que te suena menos. Pero es también una empresa pública importante que se dedica a la consultoría de transporte, de defensa, de energía y de telecomunicaciones. Indra tiene casi 50.000 trabajadores. Y desde hace algunos meses el Gobierno de Sánchez quiere mandar mucho, no con criterios empresariales sino con criterios políticos en Indra.

El Gobierno de Sánchez quería, por ejemplo, que Indra recomprase la empresa ITP, una empresa inicialmente española con sede en Zamudio, que se dedica a fabricar turbopropulsores aeroespaciales y que ahora está controlado por la británica Rolls-Royce. Las razones para la recompra son políticas. La actual presidencia se negó a esa compra por razones técnicas, empresariales. Pero la cosa no ha quedado ahí.

El Gobierno de Sánchez quiere poner al frente de Indra a otro hombre del PSC, en este caso a Marc Murtra para sustituir a Fernando Abril Martorell, el actual presidente ejecutivo. Abril Martorell, con una dilatada carrera directiva, fue evaluado de forma positiva por un informe de la consultora KPMG. Pero ahora se le ha puesto al Gobierno de Sánchez en la punta de la nariz que hay que sustituirle por alguien más político, y esta misma semana se iba a producir el relevo. A pesar de todo la ministra portavoz niega que haya politización.

La decisión ha provocado caídas en bolsa de Indra. Parece que los inversores castigan la politización de la empresa. El relevo tenía que producirse esta semana, pero ha habido críticas de inversores institucionales y el consejo de administración le ha plantado cara a la Moncloa.

Ya veremos cómo acaba la historia. En España ya tenemos experiencias muy negativas de lo que supone la politización de las empresas publicas y de entidades como las cajas de ahorro que tuvieron un buen principio y acabaron como el rosario de la aurora.