De Haro: "Iglesias podría lograr su sueño de entrar en el Gobierno si retiene los principales ayuntamientos"
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Nos quedan horas para que acabe la campaña electoral y no lo vamos a conseguir, no vamos a conseguir que los políticos hablen de lo que nos preocupa a los ciudadanos. Las elecciones del domingo, por cómo hizo el calendario Sánchez, después de unas generales, se ha convertido en una segunda vuelta y no hay remedio. De hecho el arranque de la legislatura está a merced del resultado de este domingo. Sánchez podrá sentirse, con razón, más fuerte si los socialistas acaban gobernando la Comunidad de Madrid (y tienen muchas opciones), si consiguen la presidencia de Canarias y sin conservan Aragón, Castilla-La Mancha, Baleares y Extremadura, o si recuperan alcaldías como las de Santiago de Compostela. Saldría por la puerta grande si los socialistas acaban gobernando con Ciudadanos en Castila y León.
A pesar de la pérdida de 1.300.000 votos en las generales de Podemos, si la gente de Pablo Iglesias y sus confluencias mantienen lo que llamaron los ayuntamientos del cambio, que han sido poco cambio, Iglesias tendrá mucha más fuerzas para conseguir su sueño: entrar por fin en el Gobierno. Si Carmena, aunque no sea Podemos, mantiene Madrid, si Ribó de Compromis mantiene Valencia, Santisteve con Zagaroza en Común mantiene la capital maña, Ada Colau Barcelona, si Kichi sigue en Cádiz, si de los ocho ayuntamientos del cambio se mantienen al menos seis, Pablo Iglesias estará en excelentes condiciones para ser, por fin, ministro. Hoy ya lo ha dado casi por hecho. A diferencia de lo que sucede en el Congreso, el PSOE de Sánchez tiene la ventaja de poder pactar con Podemos y de poder pactar con Ciudadanos. Inés Arrimadas en campaña dejó claro que abría la puerta a pactos con lo que llamó disidentes del PSOE.
Y quien se la juega más que nunca es el Partido Popular. Es difícil que después del batacazo de abril, Casado pueda seguir tranquilamente al frente del partido, si el PP pierde el Gobierno de la Comunidad de Madrid, lo que es bastante posible, o si el PP no recupera el Ayuntamiento de la capital, lo que es bastante improbable. En las elecciones generales, Ciudadanos sacó casi de 100.000 más que el PP, convirtiéndose en tercera fuerza. Casado ha dado un giro demasiado forzado al centro y sus candidatos en Madrid son muy desconocidos. Casado se juega su futuro en Madrid. Una segunda vuelta que, por desgracia, oculta lo mucho que nos jugamos. Y es que no es lo mismo tener gobiernos municipales más obsesionados con la gestión directa de los servicios públicos por razones ideológicas, que por la eficacia de esos servicios, o gobiernos que miren con confianza o sospecha la iniciativa social en campos tan importantes como la enseñanza.