Fernando de Haro: "Dentro de 30 años España será un país que lidie con fatigas nuevas y viejas"
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Sánchez, si fuera un periodista, sería un mal periodista, conocemos la tentación: no dejes que la realidad te estropee una buena crónica, un buen titular. Sánchez, desde la derrota de los socialistas tenía marcado en su calendario que este 20 de mayo iba a ser el día en el que el gobierno hablara de futuro, se sacudiera de encima las fatigas de la pandemia y de la tasa de paro juvenil, y de un Marruecos planteando el mayor desafío a nuestra soberanía de futuro.
Por eso se ha mantenido esta mañana un espectáculo al gusto de Iván Redondo, Sánchez rodeado de sus ministros, de los grandes empresarios. Por cierto, que le han fallado algunos importantes, de la sociedad civil, lo de menos era el contenido, lo importante era crear espectáculo. El acto lo ha arrancado Diego Rubio, el director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia.
Iván, te has pasado cuatro pueblos, ¿a quién se le ocurre presentar un supuesto plan estratégico a 30 años con una cita de Alicia en el país de las maravillas? Dentro de 30 años España no será un país de las mil maravillas, sino un país que lidie con fatigas nuevas y viejas. Ojo, que la idea no es mala. Que la idea es necesaria, que lo que más necesita España en este momento es pensamiento estratégico, plantearse su posición en el mundo, solucionar sus problemas económicos, mirar hacia el futuro. ¿Cuál es el problema? Que el plan estratégico lo ha presentado el presidente del Gobierno de España más cortoplacista que tenemos. Sánchez ha sugerido que va a ser el artífice de una nueva transición
Repito la idea es buena: la idea es necesaria pero oír a Sánchez predicar de una nueva concordia como la de la Transición es como oír a un predicador con dos pistolas. Porque lo que ha hecho hasta ahora ha sido exactamente lo contrario desde que llegó a Moncloa. Salvo que me equivoque mucho, Sánchez no va a gobernar hasta 2030.
No ha llegado a un solo acuerdo con la oposición. Lo de menos era el plan. Lo importante era el espectáculo. Pero el plan existe, en realidad es un documento académico, largo y extenso. Que plantea cuestiones importantes: por ejemplo, la sostenibilidad del sistema de pensiones, para lo que se reconoce que es necesario contar con cientos de miles de inmigrantes más. Lo que supone un reto para la integración. El plan por ejemplo propone un incremento de la productividad, algo absolutamente necesario, pero al mismo tiempo habla de implantar una jornada laboral de 35 horas. ¿Es deseable reducir la jornada, es posible? La productividad va asociada, sobre todo a inversión y a formación. Temas repito esenciales. Ojalá discutiésemos esta y otras cuestiones. Lo de hoy no era estrategia, era despistar.