Fernando de Haro: "Sánchez convoca elecciones para sobrevivir e intentar que se olvide la debacle del domingo"

Sánchez convoca elecciones para clarificar, dice. Como si el resultado de las elecciones municipales y autonómicas no lo hubieran dejado claro. Sánchez convoca elecciones para intentar sobrevivir, para intentar que se olvide la debacle de este domingo, para sobrevivir como candidato de su partido. Lo ha visto bien Aitor Esteban, cuanto más sufre el PNV, más lúcido está.

Sánchez pilla con el pie cambiado a los miembros de su partido, a sus socios de Gobierno y parlamentarios.

También ha estado acertado al señalar que Sánchez ha volado las negociaciones municipales

y autonómicas.

Ayer hubo unas elecciones. PP y Vox han dado un vuelco en las urnas municipales y autonómicas. La derecha ha sumado casi ocho millones de votos. Los dos partidos mayoritarios habían planteado las elecciones de este domingo como una primera vuelta de las generales. Planteamiento que, desgraciadamente, ha dejado prácticamente de lado la política regional y local, la política más cercana al ciudadano y la menos crispada. En el nivel local, en poblaciones pequeñas e intermedias, las discusiones públicas tienen que ver con el alumbrado, la limpieza o el entramado urbano.

Sánchez quería ganar un plebiscito sobre su gestión como presidente del Gobierno y lo ha perdido de forma clara. Las elecciones municipales son las primeras elecciones en las que todos los españoles hemos votado desde las de 2019. Y aunque los resultados no son totalmente extrapolables, el PP ha sacado 750.000 votos más.

Se acaba aquí el ciclo iniciado el 15-M. Se consuma la desaparición de Ciudadanos. Un partido que podría haber sido útil y que se suicidó. Podemos es duramente castigado. Los nuevos partidos no han sabido vertebrar el deseo de otra forma de hacer política. La articulación política del movimiento de los indignados hace doce años se agota.

Aquí ha resistido el socialismo que no quiere saber nada de Bildu. La peor noticia de este domingo es el avance de Bildu, normalizado como una fuerza que disputa la hegemonía al PNV en el País Vasco.