Fernando de Haro, sobre Sánchez: "Lo malo de pactar con Bildu es que siempre eres el que pactó con Bildu"

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Necesitamos un ideal. Un ideal que acepte que el hombre está herido, pero que no deje de lado el pequeño detalle de que el hombre tiene aspiraciones infinitas. Que celebre al individuo y la comunidad. Que consagre la libertad, pero que recuerde que está al servicio de ideales más altos. Con un ideal así, dispondremos de un horizonte hacia el que encaminar nuestros pasos. Estas frases las he leído esta mañana en ABC.

Las ha escrito Julio Llorente, periodista y editor. Y he sentido envidia, no sé si sana, envidia por no haberlas escrito yo antes. Alguien dirá con gesto cínico y mohíno que eso de reivindicar un ideal es de buenistas, de incautos jovenzuelos. El ideal es la mejor vacuna contra el buenismo porque aceptarlo es aceptar el sacrificio, es la mejor vacuna contra un escepticismo que tiene nombre de pereza y de aburguesamiento.

En ocasiones veo conspiraciones. En ocasiones, en realidad cada cinco minutos desde el pasado domingo, Sánchez ve conspiraciones, ve una derecha mediática en manos de oscuros poderes que le quita la suyo, se siente acusado de pucherazo. Cada cinco minutos desde el pasado domingo el presidente del Gobierno ver conspiraciones de Trumpistas asaltando la Moncloa.

Sánchez ha comparecido hoy ante los senadores y diputados socialistas. Son un público cautivo, él los metió en las listas, él los puede sacar de las listas. Y, además de contarles que ve conspiraciones, les ha dicho que los barones del PSOE han sufrido un castigo injusto.

El castigo a los candidatos socialistas puede se inmerecido e injusto por dos razones. Primera razón, los votantes no han hecho justicia, se han equivocado. Puede ser, los votantes nos podemos equivocar. No todo lo democrático es necesariamente justo, legal, si, pero no justo. Eso no se ha atrevido a decirlo Sánchez, La otra razón es que la gestión de los barones socialistas ha sido buena, pero que el empeño de Sánchez por hacer de las elecciones un plebiscito sobre su persona ha provocado que hayan pagado en espalda ajena el golpe de los electores.

La conciencia ha sido el criterio de autoridad que ha invocado Sánchez para la convocatoria electoral. La conciencia de cada persona es sagrada. No se juzgan las conciencias, pero sí los actos que generan ciertas conciencias. Y Sánchez, quizá otro sí, no puede invocar su conciencia, en visto de lo que ha generado, como criterio de autoridad.

"¿Cuándo dejamos de tomar a la gente por boba?" Otegi no dice lo de tomar a la gente por boba por lo de la conciencia, sino porque ahora Sánchez se quiere separar de Bildu impidiendo que gobierno en el ayuntamiento de Pamplona.

Lo malo de haber pactado con Bildu es que siempre eres el que pactó con Bildu.

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