De Haro: “Ciudadanos tiene la tarea histórica de devolver al PSOE a la socialdemocracia clásica”

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Si España fuera, pongamos por caso, Francia o Alemania, a estas horas no habría razones para temer que el resultado electoral provocara un Gobierno radical, que pusiera en peligro la Constitución, la situación económica, la unidad territorial y que hiciera políticas muy ideologizadas. El partido más radical de la izquierda, Podemos, ha perdido más de un 1.300.000 votos. Los radicalismos en España son, sobre todo, los independentismos catalán y vasco. Las elecciones de ayer, con un gran incremento de participación en Cataluña, han provocado una subida de siete puntos en el independentismo, subida que capitaliza ERC. El juicio del procès ha provocado una rotunda victoria de Oriol Junqueras, el líder de ERC, que está en la cárcel, y que le ha ganado la partida a Puigdemont. El otro voto radical que crece es el de Bildu, el partido que no ha pedido nunca perdón por los crímenes de ETA. Este incremento del radicalismo secesionista no sería problema en Francia y en Alemania. El problema son los precedentes. Sánchez ha estado en Moncloa diez meses, ha dialogado con el independentismo, ha estado dispuesto a muchas cosas y por eso, ERC, su portavoz Rufián puede, como ha hecho esta mañana, ofrecerse a Sánchez.

Si España fuera Alemania o Francia la victoria de un partido socialdemócrata, que suma con un partido como Ciudadanos, no tendría que preocupar excesivamente a casi la mitad de la población que ha votado a la derecha. En realidad, el bloque de la derecha y de la izquierda está empatado. Pero el problema son los precedentes. Lejos de lo que hubiera sido propio de la socialdemocracia clásica, Sánchez ha resucitado a Franco, el ‘Guerra Civilismo’, ha intentado aprobar una reforma educativa claramente ideológica y estatalista, ha tomado decisiones económicamente poco acertadas. En contra de lo que hubiera hecho la socialdemocracia clásica ha subido el salario mínimo en un momento en el que no era conveniente, ha aprobado gastos sin garantizarse ingresos y ha hecho demagogia a raudales. Si España fuera Alemania o Francia, los liberales, o sea Ciudadanos, cumplirían con su función bisagra. Sánchez no hubiera dicho que no iba a pactar con Rivera y Rivera no hubiera dicho que no iba a pactar con Sánchez. Arrimadas esta mañana insistía en el no es no.

Y si España fuera Alemania o Francia el no es no de Arrimadas de esta mañana sería dentro de unos meses un sí. Es lógico que Ciudadanos diga que no a apoyar un Gobierno con Podemos, pero es que Podemos no es necesario. Si Ciudadanos se empeña en decir que no porque piensan solo en sustituir al PP, faltarán a su vocación y a su tarea histórica: hacer que el PSOE sea un partido socialdemócrata clásico. Probablemente muchos le han votado para eso. 

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