De Haro: "Es desproporcionado que Sánchez no tenga los apoyos necesarios y se vuelque en la agenda exterior"

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Está tan ocupado Sánchez en sacar adelante al socialista Frans Timmermans como presidente de la Comisión Europea, que mañana no va a poderse reunir con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para poner fecha al debate de investidura. Van a llamarse por teléfono. Los presidentes del Gobierno suelen dedicarse a la política internacional cuando ya son patos cojos, cuando están en su segundo mandato, pero Sánchez, con el pie en el Falcon, no hace más que ir de un lado a otro del mundo, convertirse en el referente de los socialistas europeos. Sánchez sabe hablar inglés y le gusta usar el idioma. Dice la ministra Celáa que está trabajando a fondo. Han pasado 60 días después de las elecciones. Solo ha logrado sumar a sus 123 escaños el apoyo del diputado del PRC (Partido Regionalista Cantabria). El expresidente Aznar, que también sabe hablar inglés y que también le gusta usarlo, ha acusado hoy a Sánchez de ser un viajero sin billete.

Es un buen debate el que introduce Aznar. Desde 2015 la formación de mayorías en España se hace muy difícil. Los tiempos para llegar a formar mayorías se alargan. Seguramente es exagerado decir que Sánchez está en Moncloa sin haber pagado, pero desde luego su primera tarea debería ser conseguir los apoyos. Los medios que sostienen a Sánchez, por ejemplo El diario EL PAIS, argumentan que tampoco hay que exagerar los problemas de que no haya gobierno, los funcionarios están en su sitio, la economía crece… Esto lo decían antes los liberales italianos.  Era una broma divertida, una forma de denunciar el estatalismo y de afirmar que las energías de una nación no dependen de quien está a los mandos de la política. Pero no es cierto. Con el tiempo se ha visto que la falta de reformas de un proyecto de medio y largo plazo ha afectado seriamente a nuestros vecinos. 

Es una lección importante para España, que desde 2015 vive una especie de interinidad en el Gobierno. A Rajoy lo expulsó de Moncloa una mayoría que no tenía capacidad de legislar y de dar estabilidad, de afrontar la gran agenda de reformas que tenemos pendientes. Al menos los populares nos dejaron un presupuesto aprobado que es el que, de momento, sigue sirviendo de referencia.

Ahora tenemos un presidente en funciones que se dedica a las cuestiones internacionales sin haber resuelto su investidura. Pedro Sánchez ha asumido la representación de los socialistas europeos en los últimos Consejos. Ha querido jugar un papel muy activo en el G-20. Es positivo que España recupere el protagonismo que había perdido en los foros internacionales y en las instituciones europeas. Pero es desproporcionado que un presidente del Gobierno en funciones que no tiene los apoyos necesarios para ser investido se vuelque en la agenda exterior. España no está mejor sin Gobierno ni con Ejecutivo en una situación de prolongada interinidad. La economía marcha, sí, pero en gran medida gracias a la política monetaria del Banco Central y con una serie de cambios en materia de política de empleo, de productividad, de pensiones o de sistema de bienestar que son urgentes.

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