De Haro: “Sánchez está buscando una equidistancia entre los opositores y Maduro difícil de entender”
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Se llama Federica López Tíntori. Tiene un año y algunos meses. Y es una niña muy despierta. Pero todavía es demasiado pequeña para enterarse exactamente de lo que está pasando. Se ha dado cuenta, eso sí, que ella, su madre y su padre, que antes siempre estaba en casa, se han mudado a otro sitio a la Avenida de Mohedano, a otra casa que no es la suya.
Cuando Federica sea mayor, sus dos hermanos, quizás su propio padre, le explicará que después de haber pasado por la prisión de Ramo Verde y de estar arrestado en su domicilio, en los días decisivos en los que el pueblo de Venezuela luchaba por su libertad, el Gobierno de España lo acogió en su embajada, pero el Gobierno de España le impidió seguir luchando por la libertad de todos los venezolanos.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha anunciado que va a limitar la actividad política de Leopoldo López. Leopoldo López no es Assange. Es el líder de un partido democrático, condenado en un proceso injusto que ha sido descalificado por Naciones Unidas. El juicio, según uno de los fiscales que intervino en el mismo, fue una auténtica farsa. Leopoldo López está luchando contra un dictador, Nicolás Maduro. Un dictador que se mantiene en el poder gracias a unas elecciones presidenciales declaradas fraudulentas por la mayoría de la comunidad internacional. Leopoldo López necesita hacer política desde la embajada española porque está luchando contra un régimen que asesina, tortura y mata de hambre a los venezolanos.
El Gobierno de Sánchez no ha hecho nada extraordinario al acoger a Leopoldo López y al no entregarlo a la falsa justicia de Maduro. Ha cumplido con una obligación humanitaria. La embajada española en Caracas, como cualquier misión diplomática en el extranjero, constituye terreno inviolable y no puede ser asaltada ni registrada sin permiso del jefe de la misión tal y como establece la Convención de Viena.
Pero al limitar las actividades de Leopoldo López, el Gobierno de Sánchez parece estar buscando una equidistancia entre los opositores y el tirano que en estos momentos es difícil de entender. Sánchez tardó demasiados días en reconocer a Guaidó, Sánchez no ha querido liderar en la Unión Europea iniciativas sólidas para la salida de Maduro, la ministra portavoz de Sánchez ha llamado golpe militar al levantamiento de los demócratas. No hay equidistancia posible en la lucha por la libertad en Venezuela.
Leopoldo López ha anunciado en las últimas horas desde la puerta de la embajada que ha hablado con muchos militares para que van a apoyar la causa de la libertad. ¿Qué va a hacer Sánchez, va a impedir que Leopoldo López dé ruedas de prensa, que hable con militares? Leopoldo López ha demostrado que es la garantía para una salida pacífica, y está haciendo lo que debería estar haciendo el Gobierno de España.