"En el asunto de los ninis, fijarnos exclusivamente en los institutos, en los planes educativos o en los profesores sería injusto"

La presentadora de 'La Tarde' aborda el nuevo informe 'Panorama de la Educación 2024', en el que los datos sobre los jóvenes que ni estudian ni trabajan siguen por las nubes: un 20% de los comprendidos entre los 18 y 24 años

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La OCDE ha hecho público hoy su último informe Panorama de la Educación 2024. Y ese panorama no es tan mal como alguno podría pensar, pero desde luego habría mucho que mejorar.

Ojalá arreglar los problemas de la educación fuese tan sencillo como pedir un deseo arrojando una moneda a una fuente, como ocurre en la Fontana di Trevi de la que vamos a hablar enseguida. Pero... no. El deseo lo podemos tener, pero no se arregla de forma simple.

Según este informe, nuestro sistema educativo sale bien parado en escolarización temprana y en gasto público y peor que la media europea en cuanto al número de repetidores y de ninis.

Dos de cada 10 jóvenes de entre 18 y 24 años ni estudian ni trabajan, casi un 20%, frente al 13 de la Unión Europea.

Lo bueno es que este porcentaje de “ninis” en España ha caído 5 puntos y medio en los últimos 7 años, pero sigue estando entre los peores registros de los países desarrollados.

Desde luego, este dato de los jóvenes que ni estudian ni trabajan puede deberse a muchas cosas y además hay que tener en cuenta que cada familia puede ser un mundo.

      
             
      

A la hora de buscar el origen de este problema podemos mirar hacia el sistema educativo. Hacia lo que pasa en las aulas. Y seguramente hay algo que rascar en ese escenario, pero fijarnos exclusivamente en los institutos, en los planes educativos o en los profesores sería injusto. Si sólo nos quedamos en eso, creo que es como hacerse trampas al solitario.

A la hora de hablar de jóvenes que ni estudian ni trabajan quizás sea necesario que miremos al espejo como sociedad. Mirar hacia la educación que les damos a nuestros hijos e hijas de forma directa.

Y aquí hablo de valores, que se pueden aprender en la convivencia de la aulas, desde luego, pero sobre todo se aprenden en casa, en la convivencia en familia y con el referente más cercano que son los padres.

      
             
      

Luego el niño o la niña nos puede salir rana, porque hay otras cosas como los amigos que pueden influir, pero lo importante sigue siendo el referente del núcleo familiar. Y creo que de ahí parte la educación.

Eso no sé hasta qué punto lo puede medir el informe Pisa o cualquier otro.