"Ese mensaje universal de amor y de dignidad de todo ser humano, es lo que quieren destruir quienes señalan a millones de cristianos en el mundo"

No deja de ser una paradoja que mientras gran parte del mundo prepara grandes cenas y hace las últimas compras entre un sinfín de luces y adornos, en la ciudad de Belén, en el lugar en que empezó todo, ahora mismo es casi imposible ver signos de la Navidad.

Bajar estos días a la gruta de la natividad, marcada por la tradición como el lugar en el que nació Jesús, pues es hacerlo en solitario, sin ninguna aglomeración porque no hay turistas. Si acaso, algunos peregrinos aislados.

La alegría, el ruido y el comercio del que vivía Belén hace poco más de un año, ahora han dejado paso a la soledad y el silencio, desde el inicio de la guerra.

Belén esta en Cisjordania, territorio palestino donde el 2% de la población (en torno a 47.000 personas) son cristianos que llevan años sufriendo el señalamiento.

Cuentan, por ejemplo, que cada vez es más difícil para ellos conseguir los permisos para ir de Belén a Jerusalén, (que están apenas a 9 km). Y el muro construido por Israel a principios de los 2.000 impide que estas familias cristianas se puedan reunir por Navidad como era habitual.

Más allá de Tierra Santa, y de este contexto de guerra, la situación de los cristianos ha empeorado en buena parte del mundo.

Ahí está por ejemplo el caso de grandes potencias como China y la India. O el de Nicaragua, donde continúan las detenciones masivas de cristianos, incluidos sacerdotes religiosas y obispos.

Y por supuesto, está también la presión islamista creciente.

Hoy de hecho, sorprende (por positiva) la noticia de que el nuevo gobierno de Siria ha permitido a los funcionarios cristianos celebrar la navidad y tener el día libre. Y digo que sorprende porque, dados sus lazos con el islamismo radical, no está del todo claro si el nuevo gobierno en Damasco va a respetar realmente la libertad de credo o solo intenta aparentar cierta apertura.

Y un ejemplo más: el de Burkina Faso.

En 2019 los Yihadistas rodearon la iglesia de Dablo, al norte de Burkina, donde varias familias asistían a misa, y dispararon de forma indiscriminada contra ellos. Lo ha contado hoy en Herrera en COPE Olivier Lompo, sacerdote de la diócesis de Kaya al que acabas de escuchar.

A día de hoy, el cristianismo es sin duda la confesión más perseguida de todo el mundo. Lo recoge el último informe sobre persecución religiosa de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Y la pregunta, sin duda, en plena nochebuena es ¿por qué?

Bueno pues para responder, nada mejor que volver al inicio de todo: a esa misma Basílica de la natividad en Belén donde hoy apenas hay peregrinos, por el miedo y por la guerra. Hoy los cristianos en todo el mundo celebran que allí mismo, en ese lugar, todo un Dios se hizo hombre, para que el hombre pudiera parecerse a él y amar como lo hace Dios.

Y ese mensaje universal de amor y de dignidad de todo ser humano, es justo lo que persiguen y lo que quieren destruir quienes señalan a millones de cristianos en el mundo.