"Esta es también la España en la que vivimos, La que retira el barro de verdad y no se arroja el fango político"

La directora de 'La Tarde' analiza el mejor lado que ha dejado la tragedia de la DANA en parte de nuestro país 

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Cada centímetro de barro que ahora mismo se pueda estar limpiando en Valencia o en Letur, es una victoria frente a la tragedia de la DANA. 

Creo que literalmente es así, y creo que poco a poco se está abriendo el camino hacia la esperanza. No sé cuánto tardará, pero sé que llegará.

Y lo sé porque lo he visto. Lo he visto en los miles de voluntarios que forman hileras interminables para seguir limpiando las calles de lodo.

Lo he visto en esa juventud que ha dejado el móvil a un lado para coger cepillos y cubos a rebosar de barro. Una juventud que ha callado muchas bocas y que hoy está derribando estereotipos a golpe de pala.

Lo he visto en la solidaridad inagotable. En esos centros de suministros improvisados en parroquias, colegios o polideportivos, donde se reparten hasta altas horas de la madrugada botellas de agua, pañales, legumbres o leche en polvo.

Lo he visto y lo he escuchado en miles de voces con diferentes acentos llegados de toda España. Personas que me he ido cruzando en las calles de Paiporta, Alfafar o Catarroja. Lugares donde las frases más repetidas ha sido "¿Dónde se puede echar una mano? ¿Qué necesitáis?"

      
             
      

Lo he visto en el ánimo de los miles de agricultores que ahora mismo siembran esperanza en cada recorrido que hacen; cargando lodo, sacando coches o llevándose de las calles miles de muebles destrozados por la riada. Hay gente que se ha recorrido cientos de kilómetros, desde Aragón, desde Andalucía o desde Castilla- La Mancha, para llegar a paso lento allí donde se necesitaba y costeándose el combustible de su propio bolsillo. Como han hecho muchos transportistas con camiones de todos los tamaños

Lo he visto en esas empresas, grandes o pequeñas, que de forma anónima han donado maquinaria o han cedido días a sus empleados para que puedan acudir a ayudar. O en esos médicos y enfermeros voluntarios que han sacado lo mejor de su vocación durante horas.

Esta es también la España en la que vivimos. La España real que siempre está callada porque se limita a trabajar. La que retira el barro de verdad y no se arroja el fango político.

      
             
      

Y por supuesto que habrá que dirimir responsabilidades. Por descontado que esta DANA va a dejar efectos políticos importantes. Y estaremos ahí para contarlo porque también se lo debemos, como periodistas, a toda esa gente que merece respuestas.

Pero hoy, cuando este equipo de La Tarde estamos todavía recién llegados de Valencia, lo que me sale es no olvidarme de toda esta gente. Precisamente, porque ellos son los que hacen que no se olvide esa esperanza que centímetro a centímetro empieza a aparecer bajo el barro.