"¿Qué hacen mientras las filas del PSOE? Nada, a hacer las maletas para Sevilla y aplaudir mucho"

La directora de 'La Tarde' analiza la situación por la que está atravesando el Partido Socialista, que tiene su congreso federal en Sevilla en el peor momento político posible

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Te acuerdas seguro de aquello de nuestra infancia: “el que fue a Sevilla perdió su silla”. Pero Pedro Sánchez pretende todo lo contrario. Ir a Sevilla, al Congreso Federal del PSOE, para atornillarse en el sillón de líder socialista. Lo que pasa es que la silla ahora mismo es de esas que están pasadas y casi a punto de romperse. Y la caída puede ser “morrocotuda” por el terremoto político y judicial. 

Es que no hay día en el que no tengamos alguna novedad judicial sobre el Gobierno o sobre el entorno judicial del propio presidente:

Ayer fue su hermano el que acabó como investigado. Su mujer, Begoña Gómez, hace ya tiempo que está en la misma situación, pero es que hoy seguimos ampliando la lista, precisamente en el caso de la mujer del presidente.

El 20 diciembre va a tener que declarar como testigo Cristina Álvarez, que es directora de programas de la secretaria general de la Presidencia del Gobierno. Pero que, en la práctica, también hace funciones de asesora personal de Begoña Gómez.

Y en Moncloa lo que dicen es que, bueno, que eso es lo habitual.

Lo que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no dice es que esa figura en España (la de asesora de la mujer del presidente) no está regulada. Y eso puede dar lugar a determinadas licencias.

      
             
      

Y en eso está el Juez Peinado ahora, en intentar saber hasta dónde llegaron esas “licencias”. Porque varios correos electrónicos (algunos desde una cuenta oficial de Moncloa) pues vendrían a demostrar que la esposa de Pedro Sánchez utilizó a esta asesora para hacer gestiones en sus negocios personales. En concreto en la Cátedra de la Complutense que dirigía.

¿Y esto qué quiere decir? Pues el juez tendrá que verlo, pero si se demuestra la utilización de fondos públicos para negocios personales, podríamos estar hablando de prevaricación (un delito que no estaba todavía en la lista de otros cuatro que se le imputan a Begoña).

Y el problema de todo esto, es que hoy hablamos de este caso, pero mañana tocará otro: la citación de Juan Lobato en el Supremo para explicar si hubo revelación de Secretos desde Moncloa y desde la Fiscalía.

      
             
      

Pero es que después, la semana que viene, probablemente haya más. Porque ya nos dijo Víctor de Aldama ayer en Herrera en COPE, que íbamos a tener que permanecer atentos a nuestras pantallas.

Y luego vendrá el hermano. Y luego el Fiscal General. Y después le tocará a Ábalos. Y a saber cómo y cuándo acaba esta lista.

¿Y en las filas del PSOE mientras tanto? Pues nada. A hacer la maleta para plantarse mañana en Sevilla y aplaudir. Aplaudir mucho. Y seguir el rimo que marque la dirección del partido, como en el juego de las sillas, en el que todos dan vueltas al ritmo de la música para no perder su puesto. Hasta que la música, deje de sonar. Porque antes o después, se hará el silencio.

      

Y entonces, habrá quien se acuerde de lo que no dijo o no hizo en el Congreso de Sevilla. Simplemente, porque aquella cita, se convirtió más bien en el Congreso de la Silla.