"La pertenencia a la OTAN da seguridad, para España resulta fundamental tener el carné de socio de la Alianza en nuestras relaciones internacionales"

Corría el año 2018. Un sonriente Pedro Sánchez, todavía sin canas, asistía a la cumbre de la OTAN de Bruselas. Acababa de llegar al poder tras la moción de censura a Mariano Rajoy y este era su primer gran acto internacional. 

En esa cumbre, Sánchez tuvo la oportunidad de saludar a Donald Trump que también acababa de iniciar su primer mandato. Allí le preguntaron al presidente del Gobierno sobre la petición que había hecho Estados Unidos para que los países de la OTAN incrementaran su aportación en defensa al 2% de su PIB. Aquel Pedro Sánchez dijo que España era un país fiable y se comprometió a ese objetivo.

Bueno pues ha terminado 2024 y España no ha llegado al 1,5% de su PIB. De todos los países de la OTAN es el último en inversión en defensa.

7 años después de aquellas palabras. El gobierno de Pedro Sánchez sigue prometiendo que alcanzará el objetivo del 2% en inversión en defensa, pero ahora en 2029. Esto es como cuando hay que cobrar una deuda y el moroso siempre acaba diciendo, “el mes que viene te lo pago fijo”.

Es curioso porque los protagonistas siguen siendo los mismos que hace 7 años con la diferencia de que Trump ha vuelto más decidido que antes y que Europa está afrontando una guerra a sus puertas que demuestra que la amenaza de Rusia era como para tomársela en serio.

Ya está en España el Secretario general de la OTAN, Mark Rutte para reunirse con Pedro Sánchez. Un hombre que tampoco es el mismo de hace 8 años. Políticamente está más debilitado y es mucho más dependiente de sus socios, algunos de ellos abiertamente contrarios a la inversión en defensa.

Rutte viene aquí con el mandato claro de Estados Unidos que no quiere seguir pagando la seguridad en Europa con un cheque en blanco. Rutte es como el portero de un club exclusivo que acaba de subir la cuota y la reclama a uno de los socios que se hace el remolón.

La pertenencia a la OTAN da seguridad en el caso de un conflicto bélico abierto. Esto muy importante para países fronterizos con Rusia. Para España este factor no es esencial, pero sí que resulta fundamental tener el carné de socio de la Alianza en nuestras relaciones internacionales. Es determinante, por ejemplo, con Marruecos, que cada vez es un socio más cercano a Washington.

No se puede decir que España tengan los riesgos que afrontan Estonia, Finlandia o Polonia que ahora mismo tienen un gasto militar disparado. No está en esa situación, pero también saca provecho de la Alianza y debería cumplir lo que lleva años prometiendo. Ahora bien, hay que ser realistas.

Con el gasto actual, llegar al objetivo del 2% en 2029 implicaría dar un salto brutal en defensa y si este gobierno es incapaz de sacar adelante las ayudas al transporte imagínate lo que será aumentar el dinero para comprar aviones o fragatas. Mucho me temo que Rutte se irá con las excusas de siempre: “En 5 años, lo tienes fijo”.