Pilar García Muñiz: "Hacer el cafre al volante, puede que acabe en accidente y entonces pasamos de la gracia a la desgracia"

La directora de 'La Tarde' analiza los delitos en los que tiene que trabajar la Guardia Civil de personas que cometen delitos al volante y los publican en redes sociales

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Ha vuelto a pasar. Hoy he visto uno de esos vídeos en los que un cafre va haciendo imprudencias con un coche y lo llega a poner a más de 120 Km/h en tramos limitados a 30. 

Ha sido detenido en Vilagarcía de Arousa, en Pontevedra. Sin permiso de conducir y puestos a saltarnos todas las leyes, pues también conducía sin cinturón de seguridad. Lo peor de todo es que cada una de estas hazañas las grababa en vídeo y luego las distribuía por las redes sociales.

No sé cuántas veces vemos vídeos de estos cada año y lo que me sorprende es que toda esta gente presuma libremente de estar cometiendo un delito. En algunos casos un delito muy grave.

No se trata solo de que pongan en riesgo su propia seguridad, que sería un problema suyo. Se trata de que todo esto tiene lugar en calles o carreteras donde podemos estar caminando o circulando cualquiera. Publicando estos vídeos no solo intentan reírse de la policía o de la Guardia Civil. Al final se ríen de todos los demás.

Lo curioso del asunto es que el vídeo en el que presumen de la hazaña es la vez la prueba del delito y además se pone a disposición de los agentes con total libertad cuando se cuelga en las redes sociales.

La policía y la guardia Civil lo llaman “Ciberpatrullaje” y ya es algo que realizan con frecuencia. Se detectan vídeos en redes y con relativa facilidad se acaba identificando el lugar, el vehículo y el infractor. En la mayoría de los casos no hace falta ser un Sherlock Holmes del volante para dar con el culpable.

      
             
      

Al final la conclusión también tiene que ver con la velocidad. A todos estos que se pasan de frenada la policía les acaba pillando sin correr demasiado.

La sanción puede acarrear penas de prisión y por ejemplo, en el caso que hemos comentado se podrían aplicar varios delitos, una multa económica importante y la retirada de carné (que en este caso de Pontevedra importa poco porque el conductor ni siquiera tenía permiso de conducir).

Y una cosa a tener en cuenta a modo de conclusión. Estamos hablando de casos en los que todo queda en un personaje presumiendo de hacer el cafre al volante, pero puede pasar también que acabe en accidente y entonces pasamos de la gracia a la desgracia.