Pilar García Muñiz sobre las soluciones de la UE al drama migratorio: "Todo esto suena a un nuevo parche"

La directora de 'La Tarde' analiza lo que países de la Unión Europea, como Italia, están poniendo en marcha para frenar los flujos migratorios y explica por qué podrían no ser efectivos

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Hace un mes sin ir más lejos, que el CIS nos dijo que la inmigración era el principal problema para los españoles. 

Está pasando en España pero es un debate muy importante en el seno de la Unión Europea, en todos los países. Es tan importante que la gestión de la inmigración es un gran caladero de votos y está marcando campañas políticas y futuros gobiernos.

Ahí tenemos por ejemplo el ascenso del Partido de Le Pen en Francia o la fuerza que ha ganado Alternativa por Alemania. Ambos han tenido el discurso contra la inmigración en el centro de su acción política y les ha ido bien.

Mención aparte merece el caso de Georgia Meloni en Italia. Ha tenido que pasar del dicho al hecho y ha comenzado a aplicar un polémico plan para deportar migrantes a campos de internamiento en la vecina Albania ante la saturación de sus instituciones. Ayer enviaron a los primeros 16 pasajeros de un barco que fue localizado cerca de la isla de Lampedusa y según la prensa italiana, la factura por cada uno de ellos asciende a 18.000 euros.

Esto ya está pasando en uno de los países punteros de la Unión Europea, una institución que parece ir siempre a contrapié con este asunto. En España lo sabemos bien y lo estamos viviendo con la situación en Canarias.

La presión migratoria es importante y la tensión política que está generando, también. Hasta tal punto que la Unión Europea se ve obligada a mover ficha y está viendo con buenos ojos el plan italiano.

La propia presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen ha lanzado hoy la misma idea: la deportación a terceros países fuera de la Unión hasta que se resuelvan los expedientes de asilo a estas personas. Von der Leyen reconoce incluso que van a tomar como referencia la experiencia que tenga Italia con esos campos de internamiento albaneses.

Lo curioso del asunto es que Bruselas ya rechazo está idea porque iba en contra del derecho de los demandantes de asilo, pero ahora vuelve a ponerse encima de la mesa una consecuencia de la presión política y social de este asunto.

No existen soluciones mágicas ni inmediatas a la hora de frenar u organizar los flujos migratorios y todo esto suena a un nuevo parche. Además, de llevarse a cabo, sería un parche bastante caro que nos llevaría a ver como terceros países hacen negocio con esos centros de internamiento a costa del dinero europeo sin que el problema se ataje de forma definitiva. Por mucho que apartes la mirada, el problema no va a desaparecer.