"No seremos conscientes de lo que hemos vivido con Nadal hasta que le echemos de menos, y hoy comenzamos esa etapa"

La directora de 'La Tarde' analiza las lecciones que ha dejado Rafa Nadal fuera de las pistas, igual que Álvaro Morata

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Estábamos tan acostumbrados a ver jugar a Rafa Nadal, a verle ganar tantas veces, que habíamos olvidado que “todo tiene su fin”.

La ultima vez que le veamos como tenista profesional será en la final de la Copa Davis en Málaga, a finales del mes de Noviembre.

Es una noticia mundial. A esta hora, L' Equipe lleva en toda su portada una enorme foto de Nadal y en español titula “Adiós Rafa”. Exactamente igual que el diario alemán BILD.

Hay que buscar una explicación cuando se retira un mito y hoy pensamos que las lesiones le han empujado a su despedida. Con 38 años, simplemente es ley de vida.

Como ocurre tantas otras veces, no seremos realmente conscientes de todo lo que hemos vivido con Nadal hasta que le echemos de menos, y hoy comenzamos esa etapa.

Una de las virtudes que siempre ha tenido es que su grandeza como jugador no ha eclipsado su fuerte presencia en lo personal. Creo que Nadal es una de esas personas de las que, cuando le escuchas hablar, acabas pensando que tiene la cabeza bien puesta y eso, en un deportista de élite, le convierte en un referente. Hablo de su humildad en la victoria y en la derrota y de su fortaleza mental para remontar la adversidad dentro y fuera de la pista. Nunca ha dejado de intentarlo.

      
             
      

La mente es tan poderosa que te puede aupar al éxito, pero también puede convertirse en un lastre difícil de llevar. No solo pasa en el deporte, pasa en la vida.

Hoy hemos escuchado a Álvaro Morata en una charla con Alberto Herera en COPE. Podría decirte que hemos escuchado al jugador de la Selección Española pero creo que en realidad hemos escuchado a la persona, a secas.

Morata ha contado que no podía ni abrocharse las botas. Que le entraban ganas de salir corriendo antes de los partidos y encerrarse en su habitación. Que no podía comer tranquilo con sus hijos porque en los restaurantes se dedicaban a lanzarle reproches delante de sus hijos pequeños.

      
             
      

En estos años Morata ha jugado el partido más difícil de su carrera y ha sido fuera del campo. Un partido que podemos jugar cualquiera y en cualquier momento.