Un catedrático en Derecho Penal explica si las celebraciones de Jenni Hermoso tras el beso de Rubiales pueden determinar la sentencia

Este lunes ha comenzado uno de los juicios más esperados de los últimos años: el del supuesto beso no consentido del expresidente de la RFEF, Luis Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso. Para los que no lo recuerden... Rubiales le espetó un beso en los labios a la jugadora momentos antes de levantar el trofeo de campeonas del mundo. Ese acto armó un revuelo que terminó con una denuncia de Hermoso ante el expresidente por agresión sexual

Hoy ya ha declarado la denunciante, Jenni Hermoso. No ha habido muchas novedades en sus declaraciones. La actual jugadora del Tigres mexicano se ha reafirmado en su versión de los hechos. En que el beso no fue consentido, y que sabía que le estaba besando su jefe, "y esto no debe ocurrir en un ámbito laboral”. 

CARGOS CONTRA RUBIALES Y LOS DEMÁS IMPUTADOS

Dejando de un lado la supuesta agresión sexual por la que Rubiales va a ser juzgado, al expresidente también se le acusa de coacción, por, entre otras cosas, pedirle a Jenni Hermoso que hiciera un vídeo con él restándole importancia al beso. Hermoso afirmó en su día que Rubiales le dijo que "estaban sus hijas llorando”. Además, Rubiales también le dijo que leyera un comunicado que iban a publicar “que ponía que era mío, pero en el que no había participado”, afirmó

LA DEFENSA DE RUBIALES

En La Tarde, Pilar García Muñiz le ha preguntado al catedrático en derecho penal, Emilio Cortés, cuáles pueden ser las vías de escape del expresidente para evitar una condena. Una de las opciones de Rubiales es argumentar que Jennifer Hermoso estaba celebrando y estaba feliz en los momentos posteriores al beso. Algo a lo que Cortés ha respondido que "por ahí poco van a conseguir", ya que "todo lo que tiene que ver con el entorno de la celebración y sobre todo con la reacción de la presunta víctima después de lo sucedido es completamente ajeno al enjuiciamiento".

Y luego está el tema de la posición de superioridad. Estamos hablando de Rubiales, teórico jefe, besando a una trabajadora, Jenni Hermoso. Muchos afirman que esto puede suponer un agravante para Rubiales. Ante esta situación, Emilio Cortés ha afirmado que "no basta con acreditar únicamente esa posición, sino que habría que demostrar que existe un aprovechamiento de esa situación". 

Está claro que no va a ser un juicio rápido. De momento la única que ha declarado es Jennifer Hermoso. El expresidente de la RFEF se enfrenta a una petición de dos años y medio de cárcel y compartirá banquillo en los próximos días con tres personas de su confianza en la Federación: Albert Luque, Rubén Rivera y Jorge Vilda.