La difícil disciplina en la que un malagueño ha batido a más de 80 países para ser campeón del mundo

Se llama Alberto García, tiene solo 22 años y se ha proclamado campeón del mundo en Buenos Aires en los que ha competido con más de 600 personas

Ana Rumí

Publicado el

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¿Eres de los que habla por los codos? O, más bien, ¿de los que es más bien reservado? Sea como sea, hay algo que es inherente al ser humano, es hablar y comunicar. Hay, por supuesto, quien es más comunicativo que otro, pero, sea como sea, todos lo hacemos. 

Sin embargo, esto de hablar es todo un arte, y si no que se lo digan a los políticos o abogados, cuya profesión en gran medida se basa en hablar y argumentar de la manera correcta, para que sea, también, creíble.

Europa Press


La oratoria es una disciplina bien complicada y muy satisfactoria cuando sale bien, y, de hecho, se ha convertido en una categoría digna de campeonatos mundiales. Y aunque no lo verás en muchas páginas de actualidad, España puede presumir de tener entre sus filas al campeón mundial de Oratoria.

Él se llama Alberto García, tiene 22 años y en Buenos Aires se ha hecho con este galardón batiéndose en duelo con más de 600 participantes provenientes de 80 países distintos.

Las claves para hablar y argumentar bien

Todos sabemos que no es tanto lo que decimos, sino cómo lo decimos, y, por eso, prepararse para argumentar bien en cualquier debate es fundamental en la oratoria. 

A Alberto, en su caso, le viene desde pequeño esto de hablar e ir perfeccionando la técnica. De hecho, desde temprana edad se acostumbró a debatir todo en su casa, incluso la hora en la que debían dejarle salir o qué quería para comer.

      
             
      

Sin embargo, entrenarse en el arte de la oratoria llegó en el colegio, cuando su colegio en Málaga apostó por esta actividad a la que no dudó en apuntarse.

“Me di cuenta de que del fútbol no iba a vivir y se me daba mucho mejor comunicar. Siempre me ha gustado el debate y mi colegio en Málaga apostó por esa actividad, me tiré a la piscina” decía.

Poco a poco, siguió preparándose para perfeccionar la técnica y argumentar. Porque si hay una cosa interesante en oratoria, eso es que, cuando te dan un tema, tienes que argumentarlo tanto a favor como en contra, sin importar tu opinión en absoluto.

      
             
      

“Desde fuera parece lo más complejo pero yo lo veo lo más positivo, te hace ser mucho más crítico y entender que hay grises y ahí es donde está el verdadero activo. Me tocó defender que no debían contaminar más, y en la final lo contrario” decía.

Un campeonato que le pareció de lo más “emocionante”. “Son dos entidades organizadoras y son las que ponen un tema en común. Lo tenemos que preparar tanto a favor como en contra, y ahí, dependiendo del enfrentamiento dialéctico, tendrás que defender una u otra, y entra en juego una réplica y otra y responder de forma rápida y eficaz” explicaba.

Pero, ¿cómo se debe preparar uno? “Apostando desde la administración pública y el ámbito privado con iniciativas como esta. En segundo lugar, ponernos en situaciones que nos generen tensión y aprender y ser conscientes y que hay que fallar para hacerlo bien, no vas a aprender no haciéndolo” expresaba.

      

El apoyo de toda su familia

Alberto contaba que, para él, el mejor orador que conoce es su padre. Él es abogado y “tiene mucho mérito condensar tantas cosas en pocos minutos y ayudar a una persona. Transmitir de esa forma sentado, además, mi padre ha sido un gran ejemplo” explicaba. 

Así pues, cuando él empezó en esta carrera de fondo, contó desde el principio con el apoyo de su familia. “Cuando empecé salir de casa ya había empezado a debatir y asumían que no querían meterse en mucho debate mientras fuera responsable” contaba divertido.

Algo que refuta su padre, Roberto, que contaba que desde bien pequeño a Alberto le ha apasionado comunicar. “Siempre ha sido un niño peleón pero con mucha iniciativa y con ganas de hacer cosas. Madera ya tenía desde pequeñito, siempre se ha preocupado por aprender y hablar bien y por las relaciones sociales”.

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Un alumno en un debate en la ONU

“Yo me gano la vida hablando, no hago mucha gala de la oratoria pero es muy importante. En España se habla mucho pero se habla mal” decía.

Algo que también cree Alberto. Sin embargo, gracias a perfeccionar su oratoria, asegura que ha aprendido muchísimas cosas. “Para lo académico, aprendemos a hacer discursos estructurados y defender nuestras razones, es ser capaz de argumentar tu respuesta. Y, personalmente, aprender a perder porque aquí se pierde más que se gana. Pierdo finales pero a veces ni paso de grupos. Si ganas desde el primer momento, no entiendes que la salida dulce uno tiene que trabajársela” sentenciaba.

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