¿Se enseña bien la literatura en los institutos? "La lectura debería estar en todas partes, como antaño"
Según el estudio 'Jóvenes y Lectura 2022', la afición por la lectura se encuentra en una grave crisis que se acentúa especialmente en los jóvenes de entre 15 y 18 años
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Es cada vez más habitual encontrar más adolescentes que se muestran realmente reacios a coger un libro y hundirse en sus páginas. Si bien es cierto que la situación de la lectura en las generaciones más jóvenes ha mejorado, e incluso está ya por encima de la media europea, la situación sigue siendo preocupante. Según el estudio 'Jóvenes y Lectura 2022', la afición por la lectura se encuentra en una grave crisis que se acentúa especialmente en los jóvenes de entre 15 y 18 años. Una franja en la que los chavales leen con frecuencia caen desde el 77% al 53% con respecto a los niños de 10 a 15 años.
Según este mismo estudio, hasta un 45,5% consideran que los móviles, las tabletas y las redes sociales consumen un tiempo que antes dedicaban a leer libros. Luis González es director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, encargada de este estudio, y ha atendido a 'La Tarde' para conocer los motivos que podrían motivar a que la afición por la lectura haya caído en los jóvenes.
¿Por qué los jóvenes en España leen cada vez menos?
"Hay una tendencia en la que los más pequeños leen por ocio, en este segmento de edad empieza a bajar y ese es el motivo por el que nos pusimos a investigar", ha contado González. Tal y como ha explicado en 'La Tarde', "la lectura compite con otras muchas cosas y es un momento en el cual nuestro cerebro cambia, somos más rebeldes". González ha asegurado que en esas edades los jóvenes podrían resistirse "a algunas formas de esfuerzo", como podría ser la lectura. "Es algo que supone un esfuerzo mental importante y para que merezca la pena, el lector tiene que entender que es algo que le viene bien, que le gusta y que le da algo, como cualquier otra forma de ocio", ha contado.
Luis González ha apuntado directamente a los institutos: "Lo que planteamos es que la escuela es un lugar maravilloso para empezar a leer y profundizar pero los docentes necesitan tiempo, libertad y priorizar las cosas importantes de la experiencia educativa", ha asegurado. Es por ello que, a su juicio, la lectura "debería estar en todas partes como ocurría antaño".
Para fomentar que la lectura pueda convertirse en una afición y no en una obligación, es necesario amenizarla ya sea con "un concurso, una actividad" y cree que es necesario que los jóvenes "participen". De esta forma, "ellos van a empezar a buscar cosas en la biblioteca, van a querer leer. La clave de la escuela es que la lectura sea relevante, que cambie la vida, que implique algo significativo", ha subrayado.
De hecho, ha recordado el caso de los ingleses: "Ellos lo interiorizan y esa es una forma interesante de entender el desafío de entender la lectura no como una asignatura más, sino como una llave para entender la Historia, la geografía o las matemáticas". A su juicio, la clave para ayudar a los docentes a conseguir esto, ha concluido, es "darles tiempo".