Un gallego va a Pompeya y lo que encuentra en las ruinas le lleva a acabar trabajando en 'Gladiator 2'

Se llama Abraham Cupeiro y sin su talento habría sido imposible sacar adelante una película de lo más comentada este año

Ana Rumí

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Va a ser uno de los estrenos del año y no es para menos: Gladiator 2 llega en breves a todos nuestros cines y todos estamos expectantes por verla. No solamente por la historia que puede contar, sino por el éxito que tuvo su precuela en el año 2000.

La película de Ridley Scott triunfó entre los espectadores, pero, sobre todo, entre la crítica, llegando a ganar cinco premios Óscar de los 12 a los que había estado nominado.

Se ha convertido en una película que se enseña en escuelas y universidades, y en una de esas que hay que ver, al menos, una vez en la vida. Sea como sea, es una de las razones por las que todos esperan con ahínco esta segunda parte.

Gladiator

Los críticos que ya han visto la película antes de su estreno, han expresado lo impresionante que ha sido la película, por lo que las ganas de todos los cinéfilos han ido en aumento.

Ya sabes que esta segunda parte está dirigida también por Ridley Scott y aparecen personajes que aparecieron en la primera película como Connie Nielsen.

Pero no es lo único en lo que debemos fijarnos en esta película, porque hay algo que, además debería hacernos sentir muy orgullosos. Porque hay un español que ha participado muy activamente en la película.

      
             
      

La participación de este español en 'Gladiator 2'

Si hay algo que es épico en cualquier película, especialmente las históricas como esta, es la banda sonora. Necesita dotar el filme de algo que sea difícil de olvidar, y buena muestra de ello es la banda sonora de Gladiator. 

Para esta nueva entrega, Abraham Cupeiro, gallego, ha participado en la banda sonora. Pero lo ha hecho de una forma mucho más especial: recreando y rescatando instrumentos históricos.

Él comenzó su andadura porque quería que su trabajo de final de carrera girara en torno a una trompeta del siglo XVIII. Como es fácil de suponer Abraham estudiaba música, concretamente, en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

      
             
      

Abraham Cupeiro

Como también es fácil suponer, conseguir una trompeta de aquel tiempo, una trompeta del siglo XVIII no era tarea fácil, empezando porque costaba un dinero del que Abraham no disponía, así que dándole vueltas a la cuestión pensó “¿y si la fabricó con mis propias manos? ¿Por qué no?”

Su talento es descomunal y, por ello, le llamaron a sus filas para esta banda sonora. En momentos épicos como las batallas en el Coliseo, él presta sus conocimientos.

“Creo que tienen esa personalidad de la imperfección que está bien traída en estos momentos. Inundan bien los sonidos la pantalla. Estos sonidos que son antiguos, fabrico instrumentos de forma fidedigna, las melodías exactas no las puedes corroborar al 100% pero sí es fidedigno, son sonidos que no caducan en el tiempo” expresaba.

      

Su hallazgo en Pompeya

Sus instrumentos, tan atípicos como los que aparecen en la película otorgan epicidad a la historia que se cuenta. Sin embargo, no son nada fáciles de tocar, y mucho menos de fabricar. 

De hecho, Abraham nos revelaba algunos momentos especialmente difíciles de reflejar con música de Gladiator 2. “Esto es una batalla donde hay animales africanos como babuinos, mostré esta flauta que se toca y canta a la vez y encajaba a la perfección en esta lucha que se ve ahí” explicaba.

Sin embargo, si algo ha cambiado su trabajo para esta película, eso es el cornu romano que utilizó, que, de no haber viajado a Pompeya, jamás habría podido usar.

“He utilizado un cornu romano, sacado directamente de Pompeya. Hay cinco ejemplares, es una gran trompa que incluso tiempo atrás había utilizado Escipión. Son para los momentos más bélicos y de acción de la película, me pedía el compositor que me alejase lo máximo posible de cómo sonaría ahora” expresaba.

Sin embargo, asegura que eso de trabajar en el cine no es lo que más le llena de todo a lo que se dedica. “Me gusta utilizar imágenes para escribir mi música, un poquito al año me gusta estar al cine, quizá algún día pueda escribir una BSO de mi puño y letra. Como comer hay que comer de todo, pues tocar hay que tocar de todo” decía en 'La Tarde'.