La granadina que consiguió cruzar el Mediterráneo gracias a la radio: "Me dijo que podía recogerme en barco"
Carlota tiene 29 años, es de Granada, dejó atrás su familia, su trabajo y su vida en Madrid para peregrinar hasta Tierra Santa
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Hay unos pasos que no nos hemos cansado de escuchar, un camino en el que hemos cruzado 10 países, andado seis mil kilómetros. También hemos ido escuchando una voz, ya familiar, que con su alegría quitaba todo peso de la mochila, hacía menos dolorosas las heridas en los pies o la sensación de fatiga en el cuerpo. Y todo esto lo hago nuestro también, porque hemos sido parte de ese camino, porque Carlota Valenzuela, nuestra peregrina nos ha hecho partícipes a nosotros y a todo el que la seguía por redes, en @Finiesterreajerusalen, de su peregrinación.
Tiene 29 años, es de Granada, dejó atrás su familia, su trabajo y su vida en Madrid. Muchos la podrán llamar loca, otros la llamarán aventurera, y sin duda lo es. Nosotros la llamamos valiente. Valiente por perseguir el deseo que un día incendió su corazón y llegar hasta Jerusalén desde Finisterre. Y así, mes tras mes, hemos ido hablando con ella, y sé, porque ella es así, que nos ha llevado en el corazón recorriendo cada rincón que pisaba desde el 2 de enero de 2022, hace casi casi un año.
Y es que un camino no es camino si no te lleva a un destino, un camino es menos camino si no lo haces acompañada por toda una comunidad, que como nosotros miraba expectante cada lugar en donde Carlota apoyaba su mochila después de un día largo y sonreía.
Ella pretendía “entrar en diciembre en Jerusalén”. “Pero adelanté un poco mi entrada”, explica, por un tema familiar. Aun así, pudo “compartirlo con muchísima gente”.
Reconoce que ahora que ha vuelto, está “como un perrillo que han sacado a pasear”. Cuenta que no termina aquí su peregrinación: “Me vuelvo a poner en marcha prontito, el día 8 de enero me vuelvo a tierra santa”. Lo hace porque no ha conseguido recorrer el itinerario previsto y además, se le quedó la espinita de ver la ciudad santa con más tranquilidad: “Jerusalén lo vi a cámara rápida, pasé escasas tres horas”. Entonces se preguntaba: “He llegado realmente”.
La magia de la radio
Ha vivido tantas situaciones que reconoce que “ni siendo la persona más creativa del mundo podría llegar a imaginar lo que me ha pasado”. Cuenta que “en estos trescientos días, cada día es una aventura”. “No sabía qué iba a comer, a quién me iba a encontrar”, explica. Un día hizo a la radio protagonista de la historia. No sabía cómo iba a llegar por mar a Israel: "Tenía una incógnita absoluta". "Un chico de Israel, originario de Uruguay, que estaba en un viaje de negocios en España, estaba en el coche oyendo la radio", en Cadena COPE, cuenta Carlota. "Este chico se hizo una cuenta de Instagram" y le dijo "que tenía un barco y podía recogerme en Chipre". Reconoce que "esa fue una de las partes más bonitas" porque pudo navegar y ver atardeceres y amaneceres en aquella embarcación.
Durante su viaje se ha topado con “más de 300 familias que me han acogido en su casa”. Le sorprendió la confianza que tenían en ella: “Te metes hasta la cocina, ves como vive cada persona la realidad”. Recuerda especialmente una familia en la que “no dudaron a acogerme en su casa y prepararme un pollo al horno”.
Pero para ella su mejor momento fue encontrarse con el papa Francisco: “Pensaba que tenía una solemnidad, pero fue un momento de risas y no paraba de hacerme bromas”. Ella llevaba una nariz roja de payaso y pidió “que bendijese esa nariz”. Era, detalla, “como un símbolo de que yo pudiese llevar la alegría de dios al mundo entero”. Cuenta que “cuando lo hizo, yo me lo puse” y que “fue un momento que no se me va a olvidar nunca”.