La historia de dos peregrinas unidas por su nombre y por un mismo destino: "Cuidado con el poder de la radio"

Carlota Salazar y Carlota Valenzuela han podido conocerse y compartir sus experiencias en el camino hacia Jerusalén gracias a 'La Tarde'

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La historia de dos peregrinas unidas por su nombre y por un mismo destino: "Cuidado con el poder de la radio"

Redacción La Tarde Belén Collado

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Dos mujeres, un camino y un mismo nombre: Carlota. La historia de una de ellas seguro que te sonará porque en 'La Tarde' seguimos su peregrinaje desde Finisterre hasta Jerusalén. Carlota Valenzuela, de 29 años, inició su viaje el 2 de enero de 2022 y consiguió su objetivo de llegar a Tierra Santa a finales del pasado noviembre.

Ahora otra Carlota, en este caso Carlota Salazar, ha recogido el testigo de su tocaya y se encuentra realizando también su propio camino. La joven de 35 años partía de Zaragoza el 13 de febrero de este año y en este momento está realizando también su particular peregrinación a Jerusalén.

Ambas han podido conocerse y compartir sus experiencias en el camino gracias a 'La Tarde'. “Conocí tu historia un poquito antes de ponerme en camino”, le ha comentado Carlota Salazar a Carlota Valenzuela, que ha aprovechado además para darle la enhorabuena por su peregrinaje el año pasado.

Salazar se encuentra ahora mismo en Apostag, una localidad de Hungría a unos 90 kilómetros al sur de la capital, Budapest. “Cada día es un día de acción de gracias, es una experiencia muy enriquecedora”, cuenta la joven.

En este sentido, Carlota Valenzuela le ha recomendado a su tocaya “que disfrute cada día” porque luego llegará el momento en el que lo echará de menos. “Mientras decías por donde ibas, me ha dado una envidia”, confiesa Valenzuela. También le aconseja que esté abierta a las sorpresas que se pueda ir encontrando en su viaje.

Salir al encuentro de lo inesperado

Precisamente en estos cuatro meses desde que empezó su camino, Carlota Salazar ha tenido tiempo para vivir alguna que otra anécdota. Por ejemplo, hace dos semanas, cuando cruzó la frontera con Hungría, el tiempo cambió de repente, empezó a hacer muchísimo viento y se avecinaba tormenta. “Cuando salí a la carretera, ya a pocos kilómetros de mi destino, un coche paró para alertarme del cambio de tiempo y para ofrecerme llevarme a algún sitio. Le dije que se lo agradecía muchísimo, pero que debía caminar”. En ese momento el coche se marchó, pero a los pocos minutos Carlota oyó otro motor que paraba. Era la misma mujer del coche, que le tendía una rosa roja desde la ventanilla.

“Cuando llegué al pueblo y escuché los primeros truenos, buscaba desesperada el coche blanco”, cuenta Salazar. Llegó a ver uno parecido frente a una casa, y Carlota se atrevió a llamar al timbre. Salió a abrir la puerta una mujer, pero no era la misma del coche. “Pero pude leer en su mirada que era un ángel. Justo cuando estaba bajo su porche, empezó a diluviar”. La señora le abrió las puertas de su casa para que pasara allí la noche.

“Cada día es salir al encuentro de lo inesperado, y cuando te abres, como ella (Valenzuela) bien dice, la magia sucede y te das cuenta de que el mundo está lleno de personas maravillosas", asegura Carlota Salazar. "Siempre digo que Dios me envía ángeles cada día que salgo a su encuentro en el camino, en el momento que más lo puedo necesitar”.

Un regalo especial para hacer la peregrinación

Sin embargo, una vez finalizado el camino algunas cosas se pueden ver de otra manera a la que vivieron en su momento. “Me he dado cuenta de que tenía una fuerza en ese momento que no tengo ahora", afirma Carlota Valenzuela. Tiene la costumbre de leer el diario que en su momento escrbió con las experiencias que iban surgiendo cada día durante su peregrinación. “Ahora lo leo y me da un vértigo que me muero. ¿Cómo era capaz de hacer eso?” Echando la vista atrás, ahora ve con pereza e incluso cierto miedo cómo se enfrentó a ciertas cosas dentro de su periplo hacia Jerusalén. “Siento que Dios me dio una gracia, como un regalo especial, para hacer esa peregrinación”.

Carlota Salazar también comparte la misma rutina de llevar un diario donde poder plasmar todas las experiencias vividas en el camino. Mañana le espera otra etapa de 35 kilómetros y tiene previsto pasar por varios países antes de llegar a Tierra Santa. Así resume Carlota su viaje: “Cuando salí de Zaragoza, seguí el camino de San Ignacio de Loyola hasta Manresa, y de ahí enlacé un camino de Santiago con otro hasta Budapest. Hace dos días comencé a bajar hacia Serbia. Después, en función de la situación en Kosovo, pasaré de Serbia directamente a Macedonia, o hará dos días en Kosovo. Y de ahí a Grecia y al sur de Turquía, donde mi idea es coger un barco a Chipre y de ahí a Líbano o Israel”.

Se trata de una ruta bastante similar a la que realizó la otra Carlota en 2022. Tanto es así que le ha pedido que tenga “cuidado con hacer entrevistas en la radio porque pasan cosas súper especiales”. Y es que cuando estaba en Italia, Valenzuela contó en 'La Tarde' que tenía la intención de cruzar en barco desde Grecia. El destino hizo que un israelí de viaje en España la escuchó y le ofreció su barco para llevarla de Chipre a Israel. “Cuidado con el poder de la radio”, bromea la joven.

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