La inesperada faceta personal de un pediatra de Asturias que deja sin palabras a sus pacientes: “Mientras el cuerpo aguante”

Se llama Santiago y contaba en 'La Tarde' en qué se ha inspirado para desarrollar esta faceta y cómo surgió la idea

Ana Rumí

Publicado el

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Una sonrisa. A veces es todo lo que se necesita para curarse, estar bien, y olvidar todo lo que pasa en el mundo y todos los problemas que podamos tener. Y aunque parezca algo fácil de hacer, a veces, en un mundo de lo más hostil, es difícil de encontrar una sonrisa y un momento de alivio sincero.

Sin embargo, hay personas que son capaces de quitarse la suya propia, con tal de provocarla en los demás. Personas que dejan de lado sus propios problemas par atender a los de los demás y todo, con la única intención de hacer feliz al prójimo.

Personas como Santiago Jiménez que, durante un rato al día, aparcan todo lo que tengan, para hacer feliz a los demás. Es capaz de, como cualquier superhéroe, desdoblarse y atender a los que más lo necesitan, en este caso, los niños.

Pero vamos por partes. Santiago Jiménez es, “de día”, pediatra en el Hospital Universitario Central de Asturias. En esa faceta, atiende a los más pequeños y reconforta a sus padres cuando más lo necesitan.

“De tarde” es Spiderman, un superhéroe que viene directo desde Nueva York al hospital asturiano para conocer a los más pequeños que están ingresados. Sí, Spiderman, como bien has leído, porque este pediatra se enfunda el disfraz y se pasea por las habitaciones del hospital, haciendo reír, jugando y disfrutando con todos los niños que se encuentran hospitalizados.

Y sí, aunque el día tenga 24 horas, para ambas facetas de Santiago, hay horas de sobra para atender a los que más lo necesitan. “Me pasa como a Spiderman, que no puedo estar en dos sitios a la vez, pero se busca el tiempo y se hace lo que se puede. Mientras el cuerpo aguante, ahí sigo” decía sonriendo en 'La Tarde'.

      
      
             
      

La ilusión de los niños cuando le ven por primera vez

Hace que el tiempo valga la pena, porque las horas y el estrés no son impedimento suficiente para estar con quien más le necesita. Santiago confiesa que intenta no visitar a sus propios pacientes, porque corre el riesgo de que alguno le reconozca.

Sin embargo, dedica tiempo a todos y cada uno de los niños, a los que hace visitas como Spiderman cada vez que puede.

“Me dedico más a los niños con cáncer, se hacen amigos de Spiderman, yo les digo que soy su amigo y ellos fardan ante sus amigos, incluso hacemos videollamada con otros” explicaba divertido.

      
      
             
      

“Tengo el negocio de que conocí a Spiderman en Nueva York, y cuando empiezan a crecer dudan y preguntan, les enseño una foto de los dos que yo retoco” decía.

Dice que los niños alucinan muchísimo cuando le ven llegar, porque nadie espera, seamos sinceros, encontrarse con el mismísimo superhéroe en su habitación.

“Spiderman les gusta a todos, incluso a los que nunca lo han visto, es como un icono. Sienten que es algo bueno y atrae mucho a los niños. La magia está en que los niños están hablando con el verdadero Spiderman y para ellos eso es la leche” decía.

Santiago Jiménez en su Instagram

Santiago Jiménez y un paciente

Por eso, cuenta, decidió enfundarse ese traje, porque todos conocen a Spiderman y sienten la ilusión al verlo entrar por su puesta. Eso, y porque desde pequeño ha sido un fan acérrimo del cómic.

Antes, por cierto, iba vestido de un soldado imperial al servicio de Darth Vader, que, aunque son malos, a los niños les hacía mucha ilusión.

Y sí, este trabajo es fundamental para él para humanizar su profesión y ayudar y hacer sonreír a los que no tienen tantos motivos para hacerlo.

La importancia de hacer sonreír a los niños

Santiago cuenta que, cuando visita a los niños, no solo pasa el rato con ellos, sino que juega con ellos a juegos de mesa, a la consola, o a cualquier juego de imaginación.

“Hay algunos que no pueden salir de la habitación, otros a la consola, alguno con un pulso que ahí tengo que ganar. De todo, es muy divertido. El mes pasado, estaba viendo a una niña y entró su hematóloga, según me vio y vio a la niña interactuar conmigo, me dijo “qué bien, porque llevo varios días preocupada por ella porque la veo muy triste, y la veo contigo charlando y jugando'” explicaba.

Santiago Jiménez en su Instagram

Santiago Jiménez y un paciente

Para él, es importante humanizar la profesión y empatizar con el paciente, especialmente, con los más pequeños y sus padres.

“A veces no nos damos cuenta de que no vienen a tocarnos las narices, sino contarnos sus problemas. Estamos tratando de cambiar esto, pero sigues viendo cómo en la profesión sanitaria el escalón de falta de humildad con respecto del paciente existe, en pediatría es menos frecuente” sentenciaba.

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