El macabro negocio de una mujer para saldar una deuda de 4.000 euros que implicaba a su propia hija de 12 años
Para la madre la niña era una carga y, a la vez, un seguro contra impagos, revela la sentencia por la que esta mujer ha sido condenada a 17 años y medio de prisión
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Una niña de tan solo 12 años, nacida en Córdoba y de origen rumano, ha sido víctima de un suceso atroz dentro de su propia familia pero que, por suerte, ha salido a la luz. Su madre debía 4.000 euros a unos familiares que residían en La Coruña y le habían pagado el viaje hasta España. Como le reclamaban la deuda y la mujer no tenía el dinero, vendió a la pequeña por esa cantidad. Además, esta transacción incluía el compromiso de que se casaría con el hijo de 17 años de los acreedores. Todo esto desencadenó en la violación de la menor.
Hasta ahora lo que se sabe es que la niña pasó su infancia en un asentamiento de chabolas de etnia gitana en Córdoba junto a su madre, la pareja de esta y dos hermanos pequeños, como cuenta Pablo Muñoz, periodista de interior y sucesos de ABC. “Así estaba la situación hasta que unos tíos que residían en La Coruña, se pusieron en contacto con la madre para reclamarle una deuda de 4.000 euros, que era el dinero que le habían prestado años atrás para salir de Rumanía y asentarse en España”. Por supuesto, la mujer no tenía capacidad para reunir ese dinero y ahí comenzó esta terrible historia.
En este punto aún no se sabe a ciencia cierta cómo surge el macabro trato para vender a su propia hija, ya que la sentencia de la Audiencia de Córdoba que ha resuelto el caso no aclara este detalle. “A alguien de ese entorno se le ocurrió que la deuda podría ser saldada si la niña se casaba con el sobrino coruñés de 17 años bajo el rito gitano”, indica Cruz Morcillo, periodista también de ABC. Por supuesto, a la menor ni se le preguntó si estaba de acuerdo con el trato o no. “La niña se opone desde el primer momento y por eso la mantienen encerrada para evitar que pudiera escaparse antes de la boda”.
Pero eso no era lo peor que le iba a pasar. El trato familiar pasaba por la virginidad de la niña. El futuro marido tenía que tener la certeza de que era virgen y entonces viajó con sus padres de La Coruña hasta Córdoba. “Allí encierran a la cría en una chabola, y mientras la madre y otros familiares la sujetan, el adolescente de 17 años la agredió sexualmente”, relata Cruz Morcillo. Al día siguiente de los hechos, se celebró la ceremonia de boda bajo el rito gitano y, acto seguido, se la llevaron a La Coruña para que viviera con su ya marido.
Todo este entramado se descubrió gracias a que las autoridades andaluzas detectaron que la pequeña había dejado de ir al colegio y, a partir de ahí, empezaron a tirar del hilo hasta descubrir que la madre la había vendido a la familia coruñesa. “Obviamente, los servicios sociales ponen los hechos de inmediato en conocimiento de la policía, que comienza la investigación”, señala Pablo Muñoz. En pocos días todos los implicados estaban detenidos. “Varios coches patrullas se presentaron en el domicilio familiar de La Coruña. Psicólogos de la Policía Nacional atendieron a la niña, mientras sus compañeros ponían las esposas al joven de 17 años, a sus padres y a un tío que también había participado en este macabro negocio”, explica el periodista de sucesos.
Hasta que la policía se persona allí y detiene a los implicados, la pequeña fue tratada prácticamente como una esclava por parte de su propia familia. La sentencia relata que la menor fue sometida a los deseos de su marido y su suegra, quien le retiró toda la documentación, obligándola a permanecer encerrada en el piso, para garantizar el pacto económico al que llegaron con los otros acusados. “Además, el tribunal asegura que convivió con el joven como un matrimonio, pero especifican que la niña nunca prestó su consentimiento para mantener relaciones sexuales con él”, apunta Cruz Morcillo.
Por otro lado, la sentencia revela un detalle que pone los pelos de punta: “Para la madre la niña era una carga y, a la vez, un seguro contra impagos”.
La Audiencia de Córdoba ha condenado ahora a cada una de las dos principales implicadas, la madre de la menor y la del chico con la que la casaron, a 17 años y medio de prisión. Se les acusó de un delito de trata de seres humanos y otro de agresión sexual.
El chico de 17 años había sido juzgado antes conforme a la Ley del Menor. La única cosa positiva de todo esto es que la víctima sigue bajo la custodia tutela de la Junta de Andalucía, ya fuera de peligro, y ojalá que pueda superar esta experiencia monstruosa.