Mantiene abierta la droguería de su abuelo en Barcelona y lo que descubre al ordenarla le deja mudo: de más de cien años
En 'La Tarde' hacemos un recorrido por las droguerías más emblemáticas de nuestro país que llevan más de cien años
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Decoración centenaria, con todas las bisagras de madera y cajas registradoras metálicas que podrían pesar mucho más que tú y tu familia junta. Al otro lado de la estantería, miles de productos que solucionarán tu vida diaria.
Así son algunas de las droguerías centenarias (sí, todas tienen más de cien años de antigüedad) que se conservan en nuestro país. Todas se sustentan con una base familiar y, aunque han pasado los años, conservan la esencia original.
Por ellas hacemos un recorrido hoy en 'La Tarde', y vamos tienda por tienda. Primero, nos situamos en Madrid, en una de las droguerías más conocidas de la capital.
Se llama Droguería Riesgo, y abrió hace solo diez días. Sí, no tiene nada que ver con la edad centenaria que mencionábamos, pero es que tiene truco. Y es que han reabierto después de un pequeño parón, pero, en realidad, la droguería lleva abierta desde 1866.
Ramón Riesgo es familiar del fundador, y contaba en 'La Tarde' cómo comenzó el negocio familiar. “Era una herboristeria que servía a la Casa Real, empezó a desarrollar la actividad y crecer. Empezó a hacer vida en la industria por toda España” contaba.
En cuanto a los productos que venden, dice que siguen conservando los de su abuelo: productos químicos para bellas artes, cosmética o alimentación, entre otros. “Nosotros no hacemos mezclas, la gente se hace sus barnices, cremas, fotografía antigua...Se hacen productos para el pelo, para contorno de ojos, y que se haga lo más natural posible” decía.
“Están totalmente regulados, tenemos que tener una licencia, se lleva a rajatabla todo. Lo que más vendemos depende de las épocas, la rosa mosqueta la empezamos a vender mucho hace 25 años. El ácido hialurónico se lo llevan mucho” aseguraba.
Lo que descubre en su droguería de Barcelona
En pleno corazón de Barcelona se encuentra la Droguería Segarra Rovira. Según entras, te das cuenta de que es un local con un enfoque técnico y especializado. Al otro lado del estante, encontrarás más de 30.000 productos.
Por lo general, se trata de productos químicos, y tienen un aliciente: siguen conservando las fórmulas que desarrolló su fundador.
No han querido cambiar la decoración original que hizo de esta droguería un lugar insignia en la ciudad condal, y, como nos contaba su actual propietario (y familiar) Ramón, el negocio está enfocado a “solucionarlo todo”.
“Es muy tradicional, es la artesanía del pasado que se reconcilia con la innovación del presente. Abrimos en 1910, tenemos todo tipo de cosas, mantenemos el local exactamente igual, tienes que preservar una serie de mobiliario y es importante” decía.
Lo cierto es que, cuando volvieron al negocio y quisieron remodelarlo de alguna manera, descubrieron objetos incunables de hace más de cien años. Uno en especial que siguen usando: la caja registradora de 1910.
“Son herramientas que se usaban en aquella época y lo hemos guardado. También básculas y artículos y cajas de todo tipo” decía.
Dice que, en aras de solucionar todo a sus clientes, no hay un producto que se les resista. “A veces cuestan más, nos piden productos concretos que al venir de fuera pueden tardar más” decía.
Una droguería abierta tras volver de Filipinas
Nos vamos hasta la Droguería Priego en el municipio de Doña Mencía, en Córdoba. Igual que el resto, se trata de un negocio familiar que ha seguido conservando la estética original. Al frente del negocio está Rocío, familiar del fundador.
Cuenta que se abrió en 1905, cuando su fundador volvió de luchar en Filipinas. “Se llama Frasquito Priego, conserva todo el mobiliario y todos los productos. Tenía ferretería, repuesto de bicicletas, mercería, cosmética... Seguimos teniendo todo” decía orgullosa.
“Hace muchos años que queríamos estar en Internet y nos arriesgamos. Me gusta tener un escaparate, pero es una satisfacción. Tengo las mismas máquinas que tenían mis abuelos, siguen funcionando, hay un peso que no tiene mucha precisión y no utilizamos” explicaba.