La pregunta de Estela que salvó la vida de un bebé en un restaurante de Toledo: fundamental en primeros auxilios

Ella estaba cenando cuando escuchó a los padres del pequeño Luis pedir ayuda, tal y como relataba en 'La Tarde'

Ana Rumí

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

A veces, la línea que separa un instante de la vida y la muerte, es muy fina. Salvarte de un accidente o, quedarte ahí, puede depender de una cuestión de suerte, puro azar, y, también, de tener un ángel de la guarda cerca. 

Y es que veces, una persona que puede salvarte la vida, puede estar cerca de ti en el lugar y en el momento oportuno. Y eso, sin duda, puede cambiarlo todo.

Si no, que se lo digan a Estela, que un buen fin de semana salió a cenar con su familia a un restaurante de Toledo, y no esperaba que el final de la noche fuese como terminó siendo.

Y es que, cuando acabó de cenar y mientras charlaba animadamente con todos, escucho unos gritos que pedían ayuda de forma desesperada. Rápidamente, se levantó para ver qué es lo que estaba ocurriendo y cómo podía ayudar.

Afortunadamente, no solo lo consiguió, sino que, gracias a su profesión de enfermera, pudo salvar la vida de un bebé de apenas meses. Gracias a su heroica decisión, una criatura indefensa pudo evitar la muerte.

Así es como pudo salvar su vida

El pequeño Luis, que así es como se llamaba el bebé, empezó a convulsionar mientras sus padres cenaban en el mismo restaurante que Estela. Inmediatamente, sus padres se desesperaron y, presos del pánico, gritaron ayuda.

      
             
      

Ellos no sabían qué hacer, y, por tanto, gritaron por si alguien con conocimientos en primeros auxilios, podían salvar a su bebé que no dejaba de moverse compulsivamente, casi inconsciente.

Estela no lo pensó y ase acercó para ver en qué podía ayudar. “Eran unos papás que la pedían. Miré al suelo lo primero de todo, pero no encontré a nadie y al levantar mi mirada vi a un bebé encima de una mesa. Pregunté qué había pasado y me puse manos a la obra” comenzaba contando en 'La Tarde'.

Alamy Stock Photo

Toledo

Ella, que está acostumbrada a estos casos al trabajar en un hospital, valoró los síntomas del pequeño, intentando, en todo momento, mantener la calma. “La verdad que cuando lo encontré estaba un poco inconsciente, en una situación angustiada. Le vi con mal color, pregunté si se había atragantado y no me contestaban al principio” decía.

      
             
      

Y ahí es donde vino la decisión que salvó la vida del pequeño: preguntar por síntomas anteriores. Y es que el pequeño había tenido fiebres muy altas los días anteriores y eso le dio el diagnóstico para saber cómo proceder.

“Les dije que se tranquilizaran, probablemente podía ser una convulsión febril. Valoré, lo puse de lado para que estuviera en una posición cómoda con una almohada debajo de la cabeza y estimularlo, vigilar mucho la vía aérea y estar pendiente de todo es” expresaba.

Como ella contaba, al cabo de tres o cuatro minutos, el bebé volvió en sí, comenzó a llorar, y llegó el 112, al que Estela había llamado previamente mientras atendía al pequeño.

      

Afortunadamente, quedó en un susto. Después de pasar la noche en observación, le dieron el alta a la mañana siguiente. Y sí, el diagnóstico que había hecho Estela, era el correcto.

“En ese momento te sale la fuerza, soy sensible y no pensaba que la iba a mantener. Cogí el teléfono del papi y llamé y me dijeron que estaba bien, pasó la noche en observación y por la mañana ya estaba en casa” decía.

La importancia de saber primeros auxilios

A Carlos, familiar de Dani, le pasó algo parecido hace unos años y, por eso, decidieron crear la Asociación AMIDAN que forma a distintos centros en primeros auxilios.

Recorren colegios y otros centros educativos para enseñar a todos los escolares y personal del centro cómo actuar en caso de necesidad.

Alamy Stock Photo

Primeros auxilios

“Estamos enfocados más a los escolares, que sepan reaccionar en el deporte, colegio...La gente normalmente no sabe cómo actuar. Estamos yendo a cualquier sitio para ayudarles y enseñarlos. Al principio les ponía diapositivas, pero lo vamos haciendo personalizado” explicaba.

“Esto se tenía que dar en los colegios, nuestro taller dura hora y media, no significa mucho y se podría dar, debería ser obligatorio en los colegios” reflexionaba.