El "truco" del alpinista vasco Álex Txikon para conquistar el Annapurna, uno de los pocos ochomil que le falta

El montañero explicaba en 'La Tarde' cómo se está preparando para subir el centro del Himalaya, desde donde nos atendía a punto de embarcarse en esta aventura

Ana Rumí

Publicado el

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Seguro que has escuchado, aunque sea una vez en tu vida, hablar del Annapurna, el Everest o el Makalu. Son tres de las montañas más codiciadas por los alpinistas, por razones obvias. Entran dentro de la categoría más difícil para la profesión: los ochomiles. 

Conocer a alguien que haya conquistado sus cimas es algo nada común y que merece toda la admiración. La preparación, fuerza y perseverancia que requiere hace que sean pocos los humanos que han llegado a sus cumbres.

Por suerte, en España contamos con algunos de ellos, y uno que requiere en este momento que pongamos el foco en él es Álex Txikon. El vasco puede presumir de haber escalado once de los catorce ochomiles existentes. Ahora está a las puertas de conquistar el Annapurna, en el centro del Himalaya.

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Everest

Una hazaña que casi consigue hace unos años y que a causa de perder todo su equipo bajo el colpaso del terreno, no puedo culminar. Está a las puertas de reanudar, desde cero, esta aventura, pero antes, en casa, ha dejado un sueño por cumplir.

Y es que en Azepeitia, su tierra, ha conseguido crear el Museo de la Montaña, transformando una iglesia centenaria y llenándola de objetos históricos del montañismo.

“Son muchos años dedicándonos a esto, el año pasado hicimos lo complicado, llegamos hasta ahí en dos ocasiones, decidimos hacerlo, pero este año lo hemos empleado trabajando en el museo, nos asaltan las dudas pero la motivación la tenemos por las nubes” confesaba el alpinista.

      
             
      

Dice que no ha tenido todo el tiempo para entrenar que le hubiera gustado, porque sus energías han estado centradas en construir el museo.

El “truco” para prepararse para un ochomil

Son muchos los profesionales que han intentado conquistar las cimas más imponentes del mundo y que han fracasado en sus intentos. Y es que hacerlo requiere de mucho trabajo previo, y no solo de fuerza y entrenamiento, sino de entrenar tus órganos.

Y es que, como recuerdan los expertos, por encima de 8.000 metros el riesgo de morir es bastante alto, porque el oxígeno no llega correctamente al organismo. Por eso, es de admirar que sean algunos los que consigan hacerlo.

      
             
      

A pesar de no conseguirlo hace dos años, Álex Txikon llega dispuesto a conquistar la cumbre del Annapurna de una vez por todas. Pero, ¿cómo es la preparación? ¿Cómo plantea conseguirlo?

“He dedicado todo el año a la construcción del museo, no es la mejor preparación. He desengrasado, estamos en pleno corazón del Himalaya, nos vamos a aclimatar un mes primero e ir curtiendo, es el arte del sufrimiento, mucho tiene que ver son la perseverancia” comenzaba explicando.

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Annapurna

E iba más allá: “estaremos unos cuantos días hasta escalar, me hace ilusión que todo el equipo suba, me interesa dormir muchas noches a esa altura porque has hecho una fase previa importante. Vas con ese punto de aclimatación, si puedo dormir ya estás listo para intentar la cumbre” decía.

      

Cuenta que hace dos años les falló el temporal que se les vino encima. “Hace dos años arrastré a todo el equipo hasta la boca del lobo. Los partes meteorológicos eran de 73 grados bajo cero, y vientos muy fuertes, es una sensación térmica. Aun con todo salimos para arriba, fueron las peores condiciones. No sientes los pies, toda la sangre se concentra protegiendo los órganos vitales, tengo un recuerdo de pasar tanto calor de corazón a hígado y riñones”.

La importancia de un museo con la historia del alpinismo

Álex sabe que gran parte de su año lo ha dedicado a construir un museo que tenía rondando en su cabeza desde hace 20 años. Sabe que es muy necesario recoger las historias de miles de alpinistas.

“20 años después se ha dado el pequeño gran paso en ese museo con un montón de objetos e historias. Hay dos tiendas con un montón de joyas de la primera vez del Everest” explicaba, a la vez que nos relataba todas esas piezas que ha podido recabar para este museo.

Y es que sabe que lo importante para subir cumbres es el equipo que te acompaña. “El grupo que estamos aquí, volverse a juntar, es irrepetible. Cada segundo que estaremos aquí va a ser único. La cumbre es solo el 0,1%” decía.

“Muchos alpinistas pueden compartir conmigo que con otros deportes te pasan por la mente otras cosas, pero escalando solo pienso en escalar, es lo único que tengo en la mente, lo que estoy haciendo en el momento” sentenciaba.