Una neuropsicóloga aclara cómo se debe lidiar con las emociones de los adolescentes y cuándo se acaban
Sandra Martínez explicaba por qué deberíamos ver 'Inside Out 2' y por qué debemos ayudar a los adolescentes a regular sus emociones
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Miedo, vergüenza, alegría o tristeza. Son algunas de las emociones por las que todos pasamos a lo largo de nuestra vida y que están muy presentes y de forma muy intensa en nuestra mente. A veces no las podemos controlar y explotan de una forma característica, sin que se pueda hacer nada para frenarlas.
Si alguna vez te has sentido desbordado por ellas, seguro que serás un gran fan incondicional de Inside Out (Del Revés), una película de Disney Pixar que triunfó en taquilla hace unos años, y que ahora vuelve a resurgir gracias a su segunda entrega. Sin destriparte nada del final ni del argumento, sí podemos decirte que la película transcurre en la mente de una adolescente, y son las emociones las que toman su control.
Aparte de las básicas que habíamos visto en la primera película (Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco), al entrar de lleno en la adolescencia experimenta otras tantas de las que ya no se librará nunca más. Esas son Envidia, Vergüenza, Aburrimiento, Ansiedad y Nostalgia. Más allá del humor que presentan, muestras una realidad que todos conocemos.
Pero, ¿cómo controlarlas? ¿Qué podemos saber de ellas?
Cómo manejar las emociones de los adolescentes
Cuando uno entra en la adolescencia, experimenta una explosión de emociones en las que todo se intensifica. Si eres el adolescente en cuestión, no puedes evitar pasarlo mal, porque todo dentro de ti no está equilibrado. Pero si eres el que esté fuera, contemplando cómo lo vive el adolescente, puede incluso llegar a pensar que esa persona está "insoportable".
Todo ello, porque nuestro cerebro está experimentando un cambio trascendental. Sandra Martínez es neuropsicóloga y explicaba que esos cambios convulsos llegan sobre los 12 o 13 años, aunque emociones como la ansiedad (que refleja bien la película) están empezando a desarrollarse antes de tiempo.
"Al final, la sociedad ha tenido un cambio muy brusco y rápido en los últimos años, nuestros adolescentes y los preadolescentes se enfrentan a situaciones a la que antes ni nos planteábamos enfrentarnos, la imagen personal, exponerse al entorno, las redes sociales, esto lo han magnificado" comenzaba diciendo.
Por eso, antes de meternos de lleno en cada emoción, nos explicaba que, por más insoportables que nos parezcan, tenemos que ayudarles a manejar ese cambio.
"Es una época dura para el adolescente y la familia, pero tenemos que entenderla como una época de diferenciación, empezamos a tener nuestro propio sistema de creencias y puede ser que no sea lo que ellos esperan de nosotros, pero hay que dejarles" decía.
"Esto acaba alrededor de los 17/20 años, esa adolescencia ya está acabando y esa explosión emocional también. Adaptativamente, no podemos acordarnos de eso, tenemos que hacernos conscientes y responsables, la educación es permitir que los hijos cometan errores y dentro de sus límites" expresaba.
La razón por la que no debemos reprimir nuestras emociones
Pese a que en la película las nuevas emociones acaban encerrando a las nuevas, para la neuropsicóloga es mejor no reprimirlas.
"Es de las pocas películas en las que se refleje tan bien cómo evoluciona no solo las emociones, sino evolutivamente un niño, está muy bien reflejado todas las fases. Cambia todo en el cerebro adolescente, está demostrado científicamente. Para ajustarse a lo que la sociedad requiere de nosotros, no todo el cambio es negativo" explicaba.
Hablaba de una emoción que va muy ligada a este cambio, y no es otra que la vergüenza. "Necesitamos encajar, nuestro sistema de creencias necesita ser encajado en un entorno social que es el de nuestros iguales. La vergüenza hace que empiece a no encajar socialmente, es positivo porque nos hace centrarnos en lo que está bien o mal, pero puede impedirnos desarrollarnos en algunos aspectos, debemos regularla" explicaba.