Científicos descubren la clave para "reparar" el corazón con la ayuda de un pez sorprendente: "Más de un 90%"

En 'Lo que viene', hablamos con uno de los cofundadores de Zeclinics, una compañía que se ha basado en un pequeño pez para lograr avances contra los accidentes cardiovasculares.

El fin de los infartos, gracias al pez zebra

José Ángel Cuadrado

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

A principios de noviembre de 2023, la segunda persona en el mundo que había recibido un trasplante de corazón de cerdo fallecía.

Su nombre era Lawrence Faucette, vivía en EEUU y el problema es que su cuerpo no terminó de aceptar ese corazón de cerdo, modificado genéticamente, que había recibido sólo 6 semanas antes.

Antes que él, la primera persona en recibir un corazón de cerdo – animal que posee algunos órganos con grandísimas similitudes a los de una persona – esa primera persona, también falleció.

Ahora, la ciencia está trabajando para superar esos problemas e, incluso, promete que, en el futuro, no será necesario hacer un trasplante.

Trasplante de corazón

Hay en marcha un proyecto, ahora mismo, para que los corazones sean capaces de regenerarse por sí mismo.

Y lo está liderando una empresa llamada Zeclinics.

Ellos, han conseguido identificar qué mecanismos se activan en nuestro cuerpo para que el corazón sea capaz de regenerarse después de haber sufrido algún tipo de lesión como, por ejemplo, un infarto.

Nos lo ha contado Davide D' Amico que es cofundador de esta compañía. En el siguiente audio puedes conocer todos los detalles de este pionero proyecto.

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De momento, Zeclinis ya han conseguido que los corazones dañados de algunos ratones – corazones que habían sufrido un infarto – se hayan recuperado por sí mismos.

Primero, lo hicieron con los peces zebra.

El siguiente paso será probarlo con animales más grandes como los cerdos y, si todo va bien, la última fase será con humanos.

Los cerdos, animal prometedor para la ciencia

Desde luego, lo sorprendente es saber que el animal que origina toda esta investigación apenas mide 4 cm y es un pez, el pez cebra.

Los genes de estos animales relacionados con las enfermedades cardiovasculares comparten un 90% de similitud biológica con nosotros.

Por tanto, lo que se haga en ellos, tiene unas posibilidades altamente potenciales de éxito con los seres humanos.

Los peces zebra, maestros de la regeneración

A continuación, te contamos la capacidad de los peces zebra para regenerarse:

Regeneración de aletas: El pez cebra es capaz de regenerar sus aletas completamente después de una lesión. Durante este proceso, se forman células llamadas blastemas, que son masas de células progenitoras que pueden diferenciarse en varios tipos de tejidos.

Regeneración del corazón: una de las características más notables del pez cebra es su capacidad para regenerar su corazón.

Después de una lesión, como un corte en el corazón, estas criaturas pueden reemplazar el tejido cardiaco dañado completamente, una habilidad que los humanos y muchos otros mamíferos no poseen.

Regeneración del sistema nervioso: los peces cebra también pueden regenerar partes de su sistema nervioso central, incluida la médula espinal.

Esto los convierte en un modelo valioso para estudiar la regeneración neuronal y la reparación de lesiones de la médula espinal en humanos.

Mecanismos moleculares y genéticos: la regeneración en el pez cebra implica una serie de procesos moleculares y genéticos complejos.

Los investigadores han identificado varios genes y vías de señalización que son cruciales para la regeneración, como los genes mps1 y fgf20, que están involucrados en la regeneración del corazón y las aletas, respectivamente.

A por otras enfermedades

Y lo mismo que están haciendo estos investigadores con los infartos, quieren lograrlo con otras enfermedades como el párkinson.

Davide D' Amico y su equipo han conseguido, en un primer paso, dar con peces cebra que tienen las mismas mutaciones que las de una persona con párkinson.

Y ya han localizado una proteína que - alterada - podría ser tratada con un fármaco para darle la vuelta a este proceso.

Una aventura apasionante que están pudiendo sacar adelante gracias a los fondos públicos y a la ayuda de unos pocos inversores.

Ahora bien, lo próximo para ellos, más allá de la investigación, será convencer a los grandes actores de la industria farmacéutica para que les apoyen económicamente.

Desde luego, el esfuerzo merecerá la pena. Está en juego dar con una o varias soluciones a enfermedades que causan miles de fallecidos en todo el mundo.

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