Cómo afrontar una enfermedad como los huesos de cristal con humor: "El freno es el que uno se quiera poner"
Felipe Mateos ha escrito un libro y hace monólogos en los que cuenta, a través de la comedia, su experiencia teniendo que lidiar con la osteogénesis imperfecta
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Cuando Felipe nació en 1996, en sus primeras semanas de vida tuvo cinco fracturas estando en la incubadora. Los médicos no sabían que al agarrarle como a cualquier otro bebé, sus huesos no lo iban a soportar. Estas fueron las primeras fracturas de muchas: Felipe tiene osteogénesis imperfecta, comúnmente conocida como la enfermedad de los huesos de cristal.
Una enfermedad que complica muchísimo llevar una vida normal. Aunque si por algo se caracteriza Felipe Mateos es por esforzarse al máximo y hacer todo lo que quiere sin que nada se le resista. Ni siquiera los escenarios. Este joven de 27 años es periodista, escritor y cómico. "Si me muero, me tirais al contenedor verde", dice Felipe tirando de humor negro en alguna de sus actuaciones.
Su faceta de escritor la ha desarrollado en muchos ámbitos. Es poeta y, además, ha escrito un libro: "Ser distinto no es tan raro: Cómo tomarse la vida, la enfermedad y a uno mismo con mucho humor". Un canto, sin duda, a la superación personal y una mirada divertida a la vida y a las adversidades que pueda traer. "Me ofrecieron la oportunidad de contar mi historia y me dijeron que podía ser un ejemplo para otras personas, algo que yo nunca había pensado, la verdad", cuenta Felipe Mateos. Siempre ha tenido la ilusión de publicar un libro, por eso no se lo pensó dos veces.
En el libro, Felipe destaca, sobre todo, cómo fue su infancia teniendo que crecer y lidiar con esta enfermedad. A pesar de ello, la recuerda como una etapa muy feliz. "En el colegio era un niño más, jugaba con todos los niños, celebraba mis cumpleaños en parques de bolas y mi madre se tomaba un ansiolítico para que no le diese un ataque", bromea el joven. Aunque es cierto que se rompía algún hueso una vez de media al año, su infancia fue como la de cualquier otro niño. Sus fracturas, dice, eran por "hacer cosas de niños", como jugar al fútbol, correr o saltar.
A sus 27 años, Felipe lleva la cuenta de todas las fracturas que ha sufrido a lo largo de su vida: 48 en total. Sin embargo, eso nunca le ha frenado para hacer cualquier cosa que se propusiera, ni de niño ni ahora. "Para mí, el freno es el que uno se quiera poner. Las limitaciones que yo tenía no me impedían ni hacer una carrera, ni tener unos estudios ni subirme a un escenario".
El humor como terapia para afrontar la enfermedad
Lo que más llama la atención es el humor con el que Felipe Mateos se toma la vida en general y su enfermedad. "Creo que es muy importante para afrontar los problemas serios y quitarle un poco de hierro a las cosas", opina. Considera que cuando uno hace chistes sobre algo, es porque lo está superando o lo ha superado ya. Por ello, el humor "es un indicador de que uno psicológicamente está más fuerte que su propio problema".
Aparte de escribir y publicar el libro, Felipe lleva el humor por bandera cada vez que se sube al escenario con sus monólogos. Desde que probó suerte a los 18 años, a raíz de que un amigo le animase, no ha parado de hacerlo. Precisamente ahora tiene un espectáculo que está llevando por todo el país, "El odio viene en frascos pequeños".
A pesar de reirse de sí mismo y llevar con humor su condición, tirar de cierto humor negro o ácido en sus show le ha traído algún que otro problema alguna vez. Pero "por los chistes que hago sobre mí mismo al principio del show, la gente me suele dar un poco más de licencia y de vía libre para hacer humor negro sobre otras cosas".