El médico que ha puesto en pie un servicio de Traumatología en una aldea de Camerún: "Eso sí es gratificante"
El doctor Epeldegui lo ha desarrollado en el hospital que las Siervas de María tienen en Camerún, que se ha convertido en una referencia en el país
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En Camerún, solo el 45 por ciento de la población tiene acceso a los servicios sanitarios básicos, según la Organización Mundial de la Salud. Por supuesto, en las zonas rurales del país, este porcentaje se reduce más. A unos 220 kilómetros al norte de Duala, la ciudad más poblada y capital económica de Camerún, se encuentra la pequeña aldea de Batseng'la, en la que, desde el año 2015, se sitúa el hospital de Notre Dame de la Santé, que dirigen las Siervas de María. El centro tiene una capacidad de 100 camas y se asienta en unos terrenos donados por el jefe local, que estaba maravillado por la labor que estas religiosas estaban llevando a cabo en Wikidum, una población un poco más al norte. Hace 7 años, cuando abrió, apenas podía atender casos de medicina general, pediatría y ginecología: "La especialidad aquí es un servicio muy caro y, sobre todo, reservado a personas con un estatus económico bastante pudiente", cuenta sor Pilar, una de las religiosas españolas que se encuentran al frente del hospital.
Gracias a la ayuda de diversas ONGs, el centro se ha ido equipando con todo lo necesario para ser una referencia en la zona en especialidades como, por ejemplo, la traumatología: "Es una especialidad que no abunda aquí, en Camerún. No está muy desarrollada y, la poca que hay, deja un poquito que desear. Sin embargo, se está creando un centro de referencia en nuestro hospital para todos los pacientes que tienen cualquier problema traumatológico u ortopédico", explica la sierva de María. En esta especialidad, incluso, cuenta con un equipo médico español que viaja cada 3 semanas al hospital y que está compuesto por cinco cirujanos, un anestesista y un instrumentista. Todo organizado por la ONG COEM, “Cirujanos Ortopédicos de España para el Mundo”.
Uno de sus fundadores, el doctor Tomás Epeldegui, ha atendido a 'Mediodía COPE' desde una de las expediciones que el colectivo realiza al hospital: "Durante esta semana, estamos haciendo la revisión de los enfermos y la cirugía de los otros pacientes que tenemos", explica el médico. Una de las expediciones que realizan cada 3 semanas suele durar 8 días: "Es un viaje largo, porque no hay vuelos directos desde España. Viajamos vía Bruselas, París o Casablanca, y llegamos a Duala. Y después tenemos 4 horas de viaje en coche hasta el hospital. Hay que tener entrenamiento para dormir en el camino y cansarse menos", señala.
"Nos fue difícil encontrar un sitio, porque cuando hicimos el proyecto de la ONG, buscábamos órdenes religiosas, que nos daban más garantías, pero nos fueron dando calabazas. Hasta que encontramos este sitio, que de entrada también nos dieron calabazas, porque no tenían rayos X ni anestesia, pero tenían mucha necesidad de resolver el problema de tener un hospital vacío. A la segunda nos dijeron que sí, y empezamos viniendo a hacer una observación de si esto reunía condiciones. Y nos encontramos con un hospital magnífico de arquitectura, pero vacío de contenido. No tenían materiales, no tenían medios... y tuvimos que empezar a venir aquí trayendo cosas en maletas: gasas, compresas, vendas, escayolas... e instrumentos para operar. Hemos tenido que empezar de menos cero para poder ir desarrollando todo esto", cuenta el doctor Epeldegui.
El trabajo que realiza el equipo médico de la ONG no es solamente llegar y atender y operar a todas estas personas. También tienen una importante labor formativa para los médicos locales, lo que permite que el hospital siga funcionando cuando concluye la expedición: "Por eso no sólo venimos traumatólogos. También vienen anestesistas, instrumentistas... que van formando a los enfermeros y al resto de equipos. Para poder hacer el seguimiento de los pacientes, necesitábamos tener medios y, al tener problemas de electricidad, no podíamos tener conexión WiFi. Hemos montado una unidad fotovoltaica y ya no tenemos que operar con linternas pero, además, hemos hecho un programa informático, al que podemos acceder desde cualquier lugar del mundo, en el que están todos los datos de los pacientes, con su evolución, con sus radiografía, con imágenes de sus deformidades o heridas... y nos permite ver cómo van evolucionando", explica el cirujano.
Un avance, el del programa informático, que ha permitido que, por ejemplo, el hospital siguiera a pleno rendimiento a pesar de la pandemia, que obligó al equipo de COEM a quedarse en España durante 15 meses: "Los médicos que nosotros hemos formado resolvieron todas las emergencias de este hospital. Eso sí es gratificante".