El secuestro del bebé de Basurto pone en entredicho los protocolos hospitalarios

Dos sucesos similares al secuestro de las últimas horas en Basurto llevaron al Gobierno vasco a implantar un protocolo en el que padres y bebé no se separan en ningún momento

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El secuestro de Aimar a manos de una mujer de 24 años, ocurrido en la tarde noche de este miércoles 19 de octubre en el Hospital de Basurto, pone un debate encima de la mesa: la seguridad en los hospitales. No podemos olvidar que la ya detenida entró en el hospital de Bilbao vestida con un uniforme de enfermera, llegó a la zona de Pediatría, entró en la habitación y accedió al recién nacido argumentando ante los padres que se le llevaba para hacerle una prueba.

No es la primera vez que sucede. Tirando de hemeroteca nos encontramos con dos casos similares ocurridos también en el País Vasco en 2012 y 2014 en el Hospital de Donostia. Tras aquellos sucesos el Servicio Vasco de Salud aprobó un protocolo para minimizar el riesgo de “separación accidental o robo” de bebés. Protocolo que esta misma tarde va a ser revisado.

Pero pendientes de si se cambia o no, con ese protocolo -vigente para todos los hospitales de Euskadi- cada vez que nace un niño en cualquier hospital del País Vasco se le identifica con un código que se inserta en la pinza de su cordón umbilical y en dos pulseras que se colocan en su muñeca y tobillo.

La norma también fija que todas las pruebas al recién nacido deben realizarse en la propia habitación de la madre o en caso de no poder hacerse, deben ser los padres o cualquier familiar autorizado los que acompañen en todo momento al bebé y al personal sanitario. Y esta información se facilita a través de un folleto informativo.

Gotxone Sagardui, consejera de Salud del Gobierno vasco ha recordado que "los padres reciben ese folleto, que aconseja permanecer junto a su bebé durante su estancia en el hospital, que fue elaborado después de otro suceso similar ocurrido en San Sebastián hace ocho años".

En enero de 2014, una mujer ataviada con una bata blanca para hacerse pasar por una profesional sanitaria, intentó robar a un niño del hospital Donostia asegurando que se lo llevaba para realizarle una prueba médica. Sin embargo, en esa ocasión, personal del centro la descubrió a tiempo e impidieron el rapto. En este último caso, la mujer que secuestró al recién nacido en Bilbao actuó de la misma manera, vestida con ropa de personal sanitario, y logró salir del hospital vestida con ropa de calle y con el bebé dentro de una bolsa.

Analizar en qué han fallado los protocolos

Esta tarde se ha fijado una reunión de la comisión de Seguridad del Paciente para analizar lo sucedido y ver en qué han podido fallar los distintos protocolos. La responsable de la sanidad en el País Vasco ha indicado que un comité estudiará lo ocurrido anoche en la planta de maternidad de Basurto y si fuera necesario, se realizarán cambios en dicho protocolo.

El protocolo, de aplicación en todas las áreas materno-infantiles de la Red del Servicio Vasco de Salud busca velar por la seguridad durante el proceso asistencial desde la gestación hasta el parto y el postparto.

Elaborado junto a ginecólogos, matronas, pediatras y enfermeras de las áreas materno-infantiles pretendía minimizar el riesgo de separación del binomio bebé-progenitores, y definir así mismo las pautas a seguir en las excepciones.

Recoge así que los cuidados, las exploraciones y las pruebas que se vayan a desarrollar al bebé se realicen "a pie de cama, para no separarle de sus progenitores". Cuando ello no sea posible, añade, "se solicitará a la madre, el padre o algún otro familiar que acompañen al o la profesional en el traslado del recién nacido".

Sagardui ha indicado que un comité estudiará lo ocurrido anoche en la planta de maternidad de Basurto y si fuera necesario, se realizarán cambios en dicho protocolo.

Temas relacionados