La cruda realidad del covid: los jóvenes de Bilbao pueden visitar una UCI
Andrea, de 19 años: “Están dormidos, sedados, necesitan 6 sanitarios para poder girar, para poder respirar”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“No es lo mismo que te lo cuenten a verlo con tus propios ojos”. Eso es lo que han pensado varios jóvenes después de ver lo que se vive cada día en la UCI del Hospital de Cruces, en Bilbao.
El centro sanitario vizcaíno ha realizado visitas guiadas de universitarios a la unidad donde se encuentran los enfermos de Covid-19. La iniciativa del centro tiene como objetivo concienciar a los más jóvenes de la gravedad del virus y de la situación que atraviesan los enfermos y el personal sanitario.
18 universitarios, divididos en grupos de seis, han podido comprobar con sus propios ojos cómo es el día a día de los médicos, enfermeros y pacientes con coronavirus en una unidad de cuidados intensivos.
La doctora Covadonga Peralta, médico del servicio de Anestesiología y Reanimación, es una de las doctoras que acompañó a los jóvenes y nos ha descrito cómo eran sus caras: “Fue cambiando progresivamente, al principio impacta mucho y tenían cara de impactados. Y después fue pasando a querer hacer preguntas, sobre el estado de los pacientes, sobre qué iba a pasar. Pasamos primero de un momento más impactante, a intentar racionalizar esa visión y la información que les estábamos dando a preguntas”.
Dos de esos jóvenes son Aitor Olabarrieta y Andrea Revuelta. Ambos, de 19 años y estudiantes de segundo de Administración y Dirección de Empresas (ADE) más Finanzas en la Universidad Deusto, nos han contado cómo ha sido esta experiencia.
Andrea ha relatado el recorrido que hicieron, primero por los pacientes que están ingresados por otras dolencias, y luego los del covid. Así ha contado: “La inmensa mayoría están dormidos, sedados, intubados, que necesitan 6 sanitarios para poder girar, para poder respirar. Es bastante duro, ves hasta el color que lo tienen como más amarillo, y la verdad es que no es que ves una persona, estaban todas las camas llenas con gente”.
Aitor también ha reconocido que la visita impresiona: “Pones a esos pacientes una cara. Cualquier de nosotros puede estar ahí. Todos estábamos sobrecogidos, las miradas que teníamos eran de asombro”.
Es indispensable escuchar esa realidad de la mano de la gente joven que ha visto de cerca la gravedad de la pandemia.