1.000 días de guerra en Ucrania: 5 cuestiones claves para entender en qué situación se encuentra el conflicto

El análisis en 'Mediodía COPE'

Gloria López NavasÁngel Correas

Publicado el

5 min lectura

      
      
             
      

La guerra relámpago con la que Putin pretendía llegar a Kiev en 48 horas alcanza hoy los 1.000 días. 1.000 días que han destruido buena parte del país y que ha cambiado, por completo, la vida de millones de ucranianos. 

Cuando se cumplen justo estos 1.000 días de conflicto, en 'Mediodía COPE' analizamos en qué situación está ahora mismo la guerra a través de cinco cuestiones claves.

¿Quién controla la situación: rusia o ucrania?

La primera pregunta es obligada: ¿quién controla en estos momentos la situación en el campo de batalla?

Ahora mismo, la situación en el campo de batalla está estancada en las regiones fronterizas del Este. Rusia intenta avanzar por la región de Donestk para fijar posiciones en los territorios que reclama como propios.

Por otro lado, Ucrania ha conseguido profundizar centenares de kilómetros en territorio ruso en la región de Kurks con la intención de ganar fuerza si llegara un proceso de negociación.

EE. UU. acaba de autorizar a Kiev el uso de misiles de largo alcance dentro del territorio ruso, exclusivamente en esta zona de Kursk para defender sus posiciones, mientras que Rusia prepara una contra ofensiva, supuestamente, con el apoyo de tropas norcoreanas.

      
             
      

Además, en las últimas horas, Putin ha aprobado un decreto que le permite usar armamento nuclear ante un ataque convencional a Rusia.

Esta guerra: ¿perjudica o no a Putin?

Otra de las preguntas que nos hacemos después de estos 1.000 días es si esta guerra ha hecho mella o no en Putin.

La economía rusa se ha visto dañada, pero no tanto como los países Europeos esperaban. Rusia ha girado hacia mercados como Asia para sostener su comercio y sortear el efecto de las sanciones.

      
             
      

Por ejemplo, el comercio con China alcanzó un récord de 240.000 millones de dólares el año pasado y Putin alardea de que el veto económico europeo a su país ha fracasado.

La población rusa puede tener más problemas económicos o dificultades para conseguir determinados productos o pagarlos más caros, pero la vida sigue, aunque sea con más dificultades.

El petróleo y el gas ruso tiene limitado su comercio, pero siguen circulando y siguen siendo una fuente de ingresos para Moscú, que puede sortear con facilidad las sanciones.

      

Los gobiernos occidentales tampoco quieren cortar por lo sano este hilo porque podría desestabilizar el mercado mundial.

¿Factura política a Putin?

Y políticamente, ¿le ha pasado factura que esta guerra no esté siendo tan rápida como prometía?

Putin ha retenido el poder con mano férrea. Cualquier oposición ha desaparecido, en sentido literal, y solo el intento de golpe de Estado de Prigozhin le puso contra las cuerdas.

Él también murió en el ataque al avión en el que viajaba. Putin reafirmó su liderazgo con unas elecciones hechas a su medida en las que los candidatos más fuertes fueron rechazados, encarcelados o salieron del país. El resultado oficial fue que Putin ganó rozando el 90% de los votos.

Al comienzo de la guerra, la Unión Europea se mantuvo firme en su defensa de la soberanía de Ucrania. Se le envió ayuda económica y militar y se impusieron sanciones a Rusia.

¿Sigue firme ese apoyo de la Unión Europea 1.000 días después?

El apoyo a Ucrania por parte de la Unión se mantiene, pero es verdad que cada vez hay más dificultades para sostenerlo. Los 1.000 días llegan en un momento en el que Alemania, el gran motor de las ayudas, se enfrenta a una grave crisis política. Los países europeos más cercanos a Rusia son los que mantienen un apoyo más decidido, excepto Hungría, cuyo presidente es abiertamente prorruso y ahora ostenta la presidencia de turno de la Unión. Su presidente de Asuntos Exteriores, János Boka, defendía así que se enviara ayuda humanitaria a Ucrania pero no militar:

En el contexto europeo, el Reino Unido también mantiene su apoyo decidido. La Unión Europea ha entregado unos 60 mil millones de euros en material militar y armamento a Ucrania.

En estos 1.000 días ha ido aumentando progresivamente el tipo de armamento que se ha cedido. Primero se autorizó defensas antiaéreas, después el uso de carros de combate, después misiles con mayor alcance y lo ultimo la cesión de cazas F16 por parte de países europeos. Ahora Ucrania trata de obtener ayuda para desarrollar un programa de armamento nuclear.

Estados Unidos: ¿qué posición mantiene?

Y qué pasa con Estados Unidos, ¿qué posición sigue manteniendo a día de hoy?

La administración Biden ha tenido un apoyo decidido en estos 1.000 días y ha canalizado más de 122 mil millones de dólares en ayudas. También ha ido ampliando las autorizaciones para el uso de armamento cada vez más sofisticado y lo último es el permiso para utilizar misiles de medio alcance en la zona de Kursk. Zelenski aseguraba tras conocer este anuncio que los misiles hablarán por si solos:

Trump toma posesión el próximo 20 de enero y es una incógnita que hará con la Guerra. Mantiene los puentes con Putin y asegura que su prioridad es poner fin a la contienda, aunque ha criticado los paquetes de ayuda que se han enviado a Ucrania.

Aseguró en campaña que tenía un plan de Paz, pero no lo especificó. Su próximo vicepresidente sí que avanzó que contemplaban un acuerdo de paz que reconozca para Putin los territorios que se haya anexionado y dejaría fuera de la OTAN a Ucrania. Negociar este plan abriría una brecha importante en los aliados. Parece que las partes quieren llegar al 20 de enero con el máximo de territorio anexionado.

La población de Ucrania

Y, por último, está la gran pregunta que nos hacemos todos... ¿cómo está la población ucraniana 1.000 días después de que comenzara el conflicto?

Las víctimas civiles en el conflicto pueden superar ampliamente las 30.000. El objetivo de los bombardeos con misiles y drones rusos es, sobre todo, el sistema energético de Ucrania, que ha perdido, aproximadamente, el 65% de su capacidad, especialmente en su producción nuclear.

Irene Honchar vive en Odesa con toda su familia y nos explica que utilizan "generadores para poder trabajar sin luz", como solución a los problemas de electricidad.

La falta de energía puede agravar las condiciones de la gente con la llegada del invierno. La población se ha acostumbrado a vivir con la amenaza de las bombas: