Los jóvenes de Ucrania dialogan con el Papa
Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 4 de febrero
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Es un acontecimiento que el Papa dialogara el pasado sábado con 250 jóvenes ucranianos en una conexión online en la que tuvieron lugar testimonios, oraciones y preguntas de chicos y chicas conectados desde Kiev y Donetsk, y también desde Varsovia, Chicago o Toronto, donde emigraron con sus familias. El arzobispo Sviatoslav Sevchuk, cabeza de la Iglesia greco-católica, comenzó su saludo advirtiendo que si sonaba la alarma antiaérea deberían cortar la conexión y bajar al sótano. La noche anterior un bombardeo provocó que se cortara la electricidad, pero al final la conexión con el Papa fue posible.
Uno de los jóvenes, desde la golpeada región de Donestsk, le dijo al Papa: “queremos una paz justa y duradera que nos permita volver a nuestras ciudades y a nuestros sueños”. Otra chica, desde Varsovia, donde viven miles de refugiados, le preguntó cómo no perder la fe en medio del drama, y le confesó sentir "nostalgia de la patria". “Amar a la patria es hoy una misión”, le respondió Francisco. Luego mostró un pequeño ejemplar del Evangelio de un joven soldado ucraniano, Aleksander, que antes de morir en el frente había subrayado el Salmo 129: "En lo profundo a ti clamo Señor, Señor escucha mi voz". “Aleksander es uno de ustedes, les dijo el Papa, lean cada día un trozo del Evangelio, ¡esto es vida!”.
Una joven madre le pregunta cómo perdonar y enseñar a los niños a perdonar cuando el dolor y la injusticia de la guerra dejan heridas tan profundas. “Perdonar es una de las cosas más difíciles, reconoció el Papa, pero si yo he sido perdonado, también debo perdonar”. Francisco les instó también a no cansarse de intentar el diálogo “incluso con quien nos es contrario… la paz se construye dialogando”. Es verdad que a veces no es posible por la obstinación de algunos, reconoció, “pero hagan siempre el esfuerzo". El encuentro finalizó entonando el Himno Espiritual de Ucrania, y el Papa, entre aplausos, les ofreció una recomendación final: "no se olviden de sus jóvenes héroes, como Aleksander… no tengan miedo".