Dios usa lo débil del mundo

Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 8 de octubre

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El arzobispo de Teherán-Isfahán, Dominique Mathieu

      
      
             
      

“Dios ha elegido lo débil del mundo para confundir a los fuertes”, ha comentado en un mensaje el arzobispo de Teherán-Isfahán, Dominique Mathieu, al conocer su sorprendente nombramiento como cardenal. Mathieu continúa diciendo que desea seguir las huellas y el espíritu de San Francisco de Asís, en obediencia al Papa, para llevar adelante “la misión de ser para todos un instrumento de paz, en los hechos, si es posible, con palabras". Vamos a conocer algo de su vida y de la comunidad que guía.

Dominique Mathieu nació en 1963 en Arlon, Bélgica y pertenece a los franciscanos conventuales. Desde 2013 ha pertenecido a la Custodia Provincial de Oriente y Tierra Santa, y en enero de 2021 el Papa le encargó la difícil tarea de ser el pastor de la pequeña comunidad de rito latino en Irán. En este país con 82 millones de habitantes viven tan solo 100 mil cristianos, repartidos entre las comunidades armenia, asiria y, la más pequeña, la de rito latino. Teóricamente, existe libertad de culto, pero las dificultades están a la orden del día. "Estamos aquí para vivir de forma transparente, sin ocultar nada, para ser levadura en este país”, ha dicho el nuevo cardenal. Y como enseñaba San Francisco, “cuando no podemos predicar con la palabra damos testimonio del amor de Dios con nuestra propia vida".

En estos días todas las impresiones que nos llegan de Irán son sustancialmente negativas, pero el arzobispo habla de un pueblo muy acogedor, con una gran riqueza intelectual, y nos invita a no quedar prisioneros de la caricatura de un país formado sólo por “chadores y barbas”. Irán es un país con una historia singular en la que los cristianos han jugado un papel muy importante, aunque ahora estén reducidos a la mínima expresión. Ahora, el Papa ha querido que tengan voz y presencia en el colegio cardenalicio. Dios usa “lo débil del mundo”, lo que parece que no cuenta. Nunca terminamos de entenderlo.

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